
La titular del Juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell (Barcelona) ha ordenado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de Santiago Laiglesia, investigado por la muerte de Helena Jubany. En su auto, la magistrada sostiene que existen "indicios de criminalidad que hasta el momento no existían y que incriminan de forma tangible al investigado".
La medida se fundamenta en el informe del Laboratorio de Biología y ADN de la Policía Científica, que concluye que la mezcla genética hallada en la parte trasera del jersey que la víctima llevaba el día del asesinato "es 26 billones de veces más probable" que corresponda a Laiglesia que a cualquier otra persona, según la valoración trasladada por la Fiscalía. En 2001, cuando se examinó por primera vez la prenda, solo se encontraron restos de la propia víctima, pero las técnicas actuales han permitido identificar material genético del investigado. La jueza señala además que este cambio resulta especialmente relevante teniendo en cuenta que Laiglesia, licenciado en Derecho y abogado de la Generalidad, era consciente del impacto que suponían para su situación procesal las nuevas conclusiones forenses.
El silencio ante la jueza
Durante la comparecencia de este viernes, Laiglesia se ha acogido a su derecho a no declarar y, según fuentes judiciales, se ha mostrado "inexpresivo". No ha respondido a ninguna de las partes. A las puertas de los juzgados, el abogado de la familia, Benet Salellas, ha explicado que "nadie ha podido formular ninguna pregunta a Laiglesia" y ha añadido que su silencio "no hace más que consolidar la prueba en su contra, porque pese a tener la oportunidad de dar una explicación (...) ante un indicio tan contundente" como la presencia de su ADN, no lo ha hecho.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron el ingreso en prisión al apreciar riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. Según expuso Salellas citando al Ministerio Público, "la mayoría de testigos del procedimiento forman parte de un grupo muy reducido de personas" pertenecientes a la sección Natura de la Unió Excursionista de Sabadell (UES), de la que era socia la víctima. La Fiscalía recordó también que, además de Laiglesia, en el crimen "intervinieron varias personas" que quedaron fuera de la causa, lo que podría permitir al investigado "presionar o influir" en ellas antes de su eventual declaración en juicio. La instructora comparte este argumento y lo califica como un elemento adicional para considerar "necesario e idóneo" su ingreso en la cárcel.
El peso de los indicios acumulados
En su resolución, la jueza incorpora otros indicios reunidos durante años. Recuerda que Helena Jubany fue arrojada desde la azotea del edificio de la calle Calvet de Estrella de Sabadell, donde vivían Laiglesia y su pareja, Montserrat Careta, una de las primeras investigadas, que se suicidó durante su estancia en prisión provisional, extinguiéndose su responsabilidad penal. Respecto a Ana Echaguibel, otra sospechosa inicial que volvió a ser investigada recientemente, la instructora señala que la causa se ha archivado de forma provisional tras constatarse que su ADN "no es coincidente ni compatible con los perfiles y mezclas obtenidos" en las prendas de la víctima.
El auto también menciona los mensajes anónimos que Helena recibió semanas antes del crimen, acompañados de bebidas adulteradas con sedantes. La instructora apunta a la posible participación de Laiglesia en su redacción, mientras que otra parte de los textos habría sido obra de Xavier Jiménez, imputado después de que una pericial caligráfica acreditara que era autor de algunos de ellos. La resolución destaca que el sedante presente en aquellas bebidas era el mismo que se encontró en la autopsia y señala la hipótesis de una "posible autoría conjunta del crimen" y de un "reparto de roles" entre varios implicados.
La reacción de la familia
Tras hacerse pública la decisión judicial, la familia de Helena Jubany se ha abrazado "entre lágrimas" a su abogado. Salellas ha explicado que el hallazgo del ADN constituye el "cambio cualitativo" que ha llevado a la magistrada a ordenar la prisión provisional, aunque esta también ha tenido en cuenta el conjunto de indicios reunidos en la causa. La instructora considera proporcionada la medida, dado que "no se esperan nuevas diligencias" y que el procedimiento debería llegar "pronto a juicio, ante un tribunal popular", según recoge el auto.


