La Policía Científica ha confirmado este miércoles que los restos humanos hallados el pasado 23 de diciembre en el Cabo Peñas, en el concejo asturiano de Gozón, resultan compatibles con el perfil genético de la psicóloga madrileña Sandra Bermejo, de 32 años, desaparecida el 8 de noviembre de 2022.
La Policía Nacional de Gijón había remitido al Laboratorio de Biología de Galicia restos del cadáver de una mujer joven hallados por un pescador en el Cabo Peñas para saber si se correspondían con el perfil genético de la psicóloga afincada en Gijón y el resultado del análisis ha demostrado su compatibilidad.
Tras comunicar oficialmente el resultado del ADN, la asociación SOS Desaparecidos ha desactivado la alerta que mantenía desde que se tuvo conocimiento de la desaparición de la joven. Esta asociación, al igual que su familia, mantenían la esperanza de que la joven pudiera estar viva, ya que hasta el final han sostenido que su caso se correspondía con una desaparición forzosa.
La familia se reunió hace unos días con responsables policiales para conocer de primera mano el desarrollo de las investigaciones al mostrarse disconforme con la hipótesis de la desaparición voluntaria, ya que desde el principio había descartado esta posibilidad y la idea de un suicidio.
Efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y la UDEV de la Policía Nacional habían centrado la búsqueda por mar en la zona de acantilados de Cabo Peñas, trabajos que se intensificaron después de que se encontrara una camisa que no puedo ser identificada por la familia, residente en Madrid.
Accidente o suicidio
La familia de Sandra Bermejo sigue descartando un accidente o un suicidio como principales hipótesis de su muerte. El presidente de SOS Desaparecidos y portavoz familiar, Joaquín Amills, así lo reiterado este miércoles a EFE tras la conversación que mantuvo esta mañana con la familia momentos después de que la Policía Nacional de Gijón les comunicara oficialmente el resultado del ADN a través de una llamada telefónica.
"La noticia del ADN ha sido un jarro de agua fría para la familia", ha asegurado Amills, quien ha considerado que la investigación policial no despeja las numerosas incógnitas que se abren para los familiares sobre lo qué le ocurrió a Sandra.
La familia quiere conocer "qué pasó y en compañía de qué personas" se encontraba la joven psicóloga desde las cinco de la tarde del 8 de noviembre, cuando su teléfono móvil dejó de estar operativo en el aparcamiento más próximo a la peña La Gaviera, y el 9 de noviembre, cuando un ciclista captó la imagen de una joven cuyas características físicas eran similares a las de ella en una zona prohibida al paso muy próxima al acantilado.
La familia rechaza tanto la idea del suicidio como la del accidente fortuito, como barajó la Policía de Gijón en un principio.
"En contra de la lógica"
Para Amills, la zona donde aparecieron los restos humanos "va en contra de la lógica" porque, según su teoría, si Sandra se hubiera despeñado "no habría aparecido contracorriente y su cuerpo iría en dirección al Golfo de Vizcaya y no hacia Galicia".
La declaración de unos percebeiros que relataron a los agentes que habían visto otros dos coches aparcados junto al vehículo de Sandra Bermejo sobre las 7:30 horas del 9 de noviembre demostrarían, según el portavoz familiar, que "no estaba sola", por lo que en su opinión "alguien sabe qué pasó aquella noche o aquella madrugada porque el accidente fortuito lo seguimos descartando rotundamente", ha añadido.
La Comisaría de Gijón mantiene abierta la investigación para tratar de esclarecer lo ocurrido y, a juicio de la familia, "las incógnitas no se han despejado". SOS Desaparecidos tiene la intención de seguir contando con la colaboración de un grupo de detectives que se han ofrecido de forma altruista para "buscar la verdad".
El presidente de la asociación y la familia han defendido desde un principio la teoría de una desaparición forzosa y admiten que hasta que no se llegue al fondo de la investigación no contemplan el suicidio, "dado el carácter y la personalidad" de Sandra. "Seguimos pendientes de ver qué revela la autopsia para tomar las decisiones oportunas y si es necesario pediremos una segunda autopsia", ha avanzado el portavoz.
La familia no esperaba que el laboratorio de la Policía Científica de Galicia confirmara la compatibilidad de los restos humanos hallados por un pescador en Cabo Peñas con el perfil genético de Sandra, después de que "inicialmente la Policía dijera a la familia casi con toda seguridad que no era ella y ahora digan que sí es su cuerpo", ha concluido Amills.
La desaparición de Sandra
Sandra Bermejo –de 32 años– desapareció el 8 de noviembre de 2022. Desde el principio, su entorno descartó la hipótesis del suicidio. "Nosotros tenemos muy claro que no se tiró, si está en el mar es porque tuviera un accidente o alguien la empujara. Así de claro", fueron las palabras que pronunciaba este mismo jueves uno de sus portavoces en declaraciones a LD.
Insisten en el extremo de que la joven madrileña, que llevaba dos años viviendo en Gijón, no tenía planeado ir al Cabo de Peñas aquel día. "Le surge porque coincide que varios pacientes le cancelan sus sesiones", nos explica. "Además ella sabía gestionar perfectamente sus emociones y sus problemas, era la que nos ayudaba a los demás", añade. "No le habría hecho esto a sus padres, sin ni siquiera un mensaje", sentencia.
La policía ha manifestado públicamente varias veces que la hipótesis principal es la "desaparición voluntaria". El protocolo de actuación del Ministerio del Interior de 2019 no recoge el suicidio ni el accidente dentro de esta categoría. Fuentes cercanas a la investigación nos indican que "era una forma de hablar" y que lo que querían decir es que "no creen que haya terceras personas implicadas".
Su familia no está de acuerdo con esa afirmación, con los datos con los que cuentan -tanto ellos como la policía- a día de hoy. Creen que Sandra "no estaba sola" aquel día en el Cabo de Peñas y van a "luchar para que se investigue hasta el final". Aseguran que no se han seguido algunas pistas facilitadas por "gente de allí", con la que pudieron hablar.
La víspera de Nochebuena, un pescador encontró unos restos humanos en unas piedras del acantilado y el hallazgo fue comunicado a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Gijón que los remitió a Galicia para su análisis, mientras que la Guardia Civil volcó los datos en el Programa Fénix sobre personas desaparecidas.
La Policía Nacional de Gijón, que está a cargo de la investigación y que barajaba como principal hipótesis la desaparición voluntaria, ha informado en un comunicado de que "se sigue trabajando en esclarecer los hechos y circunstancias que rodearon el fatal desenlace".