La disolución definitiva del matrimonio de Alba Carrillo y Feliciano López es un hecho. Un acuerdo con el que la modelo se declaró "muy contenta" pese a que ha sido condenada –tal y como se contó en Deluxe– a pagar las costas del juicio, que ascienden a unos 7.000 euros. "Este país es muy machista... he pasado de cornuda a apaleada", declaró la modelo al respecto en Sálvame vía telefónica.
No obstante, eso no significa que se acaben los problemas legales para Carrillo y su entorno. pues después de las polémicas entrevistas de Alba Carrillo y su madre en el programa de Telecinco, la familia de Feliciano López se habría reunido con sus abogados para demandarlas. "Encima de cornuda, apaleada", declaró de nuevo Carrillo, tan amiga de hacer declaraciones sentenciosas al respecto.
La sentencia de divorcio obliga a Alba a pagar las costas judiciales, algo que ella atribuye a un tema entre abogadas. "No estaba de acuerdo en pedir una pensión compensatoria, por eso cambié de abogada", explicó en antena, dando a entender que la primera vez hubo una mala defensa, y por eso el cambio de abogada a Teresa Bueyes.
Ahora, ambas abogadas van a litigar a nivel interno para resolver ese extremo, mientras se sigue luchando por el tema de los gananciales. De modo que, pese a estar contenta, no todo ha ido bien para Alba en el juicio. "Yo tampoco sé vivir... estoy improvisando", es su último estado en Instagram, donde acostumbra a comunicarse con los medios y sus fans.
"De todo se aprende, estamos en continua evolución y yo siempre en mi vida he aprendido 'escarmentando en carne propia'. Quiero pedir disculpas y dar las gracias a tres personas: A mi madre, a mi padre y al padre de mi hijo. Mucha gente me recuerda el desencuentro con Fonsi pero él está y estará siempre en mi familia. Les quiero dar las gracias y pedir perdón por el sufrimiento que les haya podido causar", ha escrito Alba Carrillo.
Unas buenas palabras que, naturalmente, no tiene para Feliciano: "Estoy muy feliz porque ya me he divorciado, porque se ha cerrado una etapa que cortaré de mis recuerdos y ensamblaré con el presente, siguiendo por donde iba cuando aquello, que no debió pasar nunca, se cruzó en mi destino".
Y un último mensaje optimista de cara al futuro: "Hoy me subo a este tren con la maleta cargada de sueños, de ganas y de aprendizaje y dejo en esta estación el dolor, lo que no me permite avanzar y las malas vivencias".