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Cerrando Capítulo

¡Con que somos unos teenagers! Pues un poco, sí. Es el lujo que te puedes permitir cuando eres, como dicen los anglosajones, DINK : double income no kids. O sea, una pareja con doble vía de ingresos y sin niños. Unos privilegiados, desde nuestro punto de vista.

Antes de que introduzcas las fotos de Graceland y tus impresiones, me gustaría cerrar capítulo en relación al viaje a los Estados Unidos.

Los espacios donde actuamos no podían estar más en consonancia con nuestro mundo, en Washington una discoteca de ambiente y en Miami una galería de arte. Desde aquí debo dar las gracias a todas las personas implicadas en que esta aventura americana saliera adelante, Curro en Washington, Cayo en Miami y el personal de los centros culturales españoles y la embajada.

En efecto fue una lástima que me pusiera tan malisísima en Washington porque no disfruté nada del concierto y ni siquiera pude hacer mi sesión como discjockey. Yo creo que estos episodios de vomitona y desmayo tienen que ver con esa enzima que siempre aparece disparada en los análisis de sangre. Aunque mil años antes de que detectara esta anomalía en el páncreas ya sufría estos cuadros de forma esporádica. Parece que siempre se asocian a cansancio, calor, corte de digestión... tuve un episodio épico en una carroza del orgullo gay, desmayada y vomitada y con todas las malas propagando que me había pegado un pasote. Otras veces sí que han tenido relación con beber alcohol, pero descarto lo etílico como causa, ya que he tenido momentos horrorosos, como este último, donde brillaba por su ausencia. En fin, nada más llegar a Madrid me he hecho análisis para ver si esa enzima está más alta de lo normal y seguir buscando la causa de estos desarreglos tan bochornosos.

Decirte que Washington me encantó, tan desmesurada y señorial. Baltimore, sobre todo el barrio de Hampden, me pareció encantador. Miami, ya lo sabes, no me atrapa. Y Memphis me reveló lo duro que es vivir en la América de verdad, lejos de lo cosmopolita y de lo urbano tal y como nosotros lo entendemos. Tú y yo estamos perdidos en América porque no sabemos conducir. Fuera de Nueva York no podríamos vivir en ningún sitio. Eso es algo de lo que me he dado cuenta en este viaje, porque llevo toda la vida empeñada en que yo sería feliz viviendo en cualquier punto de los Estados Unidos, y no es verdad. Ha sido un shock llegar a esta conclusión cuarenta años después de autoimponerme esta ensoñación vital. Aún así, ir de visita me hace extremadamente feliz.

Ahora que estoy en Inglaterra puedo confirmar con tranquilidad que otra de mis verdades absolutas, que sería MUY MUY MUY feliz si viviera en Londres, se cumple sin fisuras. Por mí se podían cortar las comunicaciones con el continente para siempre.

Por cierto que este año, "por culpa" del calendario de grabación del disco, no vamos a estar en Madrid en la manifestación del Orgullo Gay. Para mí será la primera vez en trece o catorce años. Pero ya he revisado el recorrido de la misma en Londres y podremos ir sin problema. Ya verás como no tiene nada que ver con la nuestra, que es la mejor del mundo, la más participativa, la más combativa y la más divertida. En algo teníamos que destacar. Ya ves cómo estaba Washington en su semana del Orgullo, engalanada y llena de eventos, pero nada comparado con Madrid.

Por último, te pido que me cuelgues las fotos de Graceland y la que me hiciste en los estudios de grabación de la Sun Records con una imagen de Johnny Cash. Para mí esta visita fue un viaje en el tiempo, a mis doce años, cuando empezaba a interesarme por el rock gracias al Glam. En aquel momento lo descubrí todo a la vez, y tenía que ponerme al día, había veinte años de música que me había perdido. Así que escuchaba TODO, rock, country, blues, pop... me iba haciendo una idea de lo que me gustaba y de lo que no me entraba. El blues se quedó en el camino, mientras que figuras como Elvis o Johnny Cash se afianzaron como ídolos. Por no hablar de los grupos que entonces empezaban, com oKiss. ¡¡Gracias por tu regalo de entrada especial para poder conocerlos!! ¡¡Qué nervios!! Yo no entiendo cómo los fans pueden juntar el valor para acercarse a pedir autógrafos y hablar. Yo me bloqueo. Fue tan impresionante verlos acercarse... en ese momento en que lo que en realidad deseas es que la tierra te trague. Pero pasado el trauma inicial y gracias a que son simpatiquísimos, te relajas, te haces las fotos, pides los autógrafos. Me encantó ver cómo se quedaban embobados con Nancy O. Tengo que confesar que sigo enamorada de Paul Stanley, con tu permiso. Siempre te digo que tienes la misma implantación capilar en el pecho que él... y eso me encanta. Mmm...

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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