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San Luis: la puerta al Oeste que os llevará a la América más auténtica

No conozco tanto Estados Unidos como me gustaría –estamos en ello, es un trabajo en marcha– pero incluso desde ese conocimiento parcial del alma americana, que al cabo no lo es tanto porque llevo toda la vida viendo sus películas y series, leyendo sus novelas y comics y, en suma, consumiendo productos e ideas yanquis, apostaría a que una de las cosas que la define es el atrevimiento, la osadía, la convicción de que es posible hacer algo que no se haya hecho antes.

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Béjar: un patrimonio interesante y, sobre todo, la nostalgia de la España en la que fuimos niños

Caminando por Béjar, uno tiene la sensación de estar en un viaje en el tiempo, pero no de estos que te llevan a la Edad Media y que tan bonitos quedan en los folletos y los artículos turísticos –bueno, en realidad la expresión está más gastada que la junta de la culata de un 127– sino a una España más reciente, de la que muchos podemos acordarnos todavía, sólo unas décadas atrás: aquel mundo sin redes sociales ni franquicias en el que fuimos niños y en el que no teníamos más pantalla que la de una televisión mucho más pequeña que la actual y, con suerte, la del Casio electrónico en nuestra muñeca.

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Jazz, barbacoas, deporte, sonrisas y una conexión inesperada con España: bienvenidos a Kansas City

Con un jet lag que me había despertado unas horas antes, salí del hotel a dar mi primer paseo por Kansas City (Missouri) a una hora en la que la tranquila ciudad estaba aún más calma de lo habitual. Sólo un turista despistado, yo, y unos pocos indígenas andábamos por las espaciosas calles y casi al momento noté algo extraño: al cruzarse conmigo la gente no rehuía el contacto visual y, de hecho, me sonreía. Algunos incluso lanzaban un "hi" o un "good morning", otros hacían un gesto con la cabeza.

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Brno: la cenicienta checa que cada día luce más guapa (y más interesante)

Supongo que a ustedes les pasa con Brno más o menos lo mismo que a mí: que su extraño nombre –por cierto, para los que dudéis al respecto: se pronuncia Berno– les sonaba de poco más que el gran premio de motociclismo que durante muchos años se ha celebrado allí. No mucho más de eso se sabía de ella, considerada un poco la hermana fea de Praga, una comparación, por cierto, que muy pocas ciudades del mundo podrían resistir.

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La península de Dingle: el paraíso tranquilo en el salvaje oeste de Irlanda

Hay un punto en Comare, al norte de la península de Iveragh, que quizá tenga las mejores vistas sobre su vecina la península de Dingle. Desde allí, al otro lado de la larga ensenada que separa estos dos pequeños pero bellísimos pedazos de Irlanda, vemos la sucesión de colinas verdes moteadas aquí y allá del blanco de alguna casa y del gris de los muros de piedra que separan los pastos. En un día amable de verano en el que hasta el sol se presentaba a ratos, y en el silencio de la mañana de un domingo en la que parecía que los indígenas no habían acabado de despertarse, era uno de los paisajes más tranquilos que he visto en mi vida y la sensación de paz resultaba casi abrumadora.

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Un castillo impresionante, unas viejas fotografías y el monumento más antiguo de Europa

En una de las dos colinas que contienen Montemor-o-Novo está su espectacular castillo, en la otra, justo enfrente, la mucho más modesta ermita de Nossa Senhora da Visitaçao. Es un contraste que me parece que resume muy bien esta zona del interior del Alentejo, que es al mismo tiempo monumental y humilde, medieval y como de ir por casa, si me permiten la expresión.

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Irati: el rincón de España que nos recuerda lo que podemos lograr los humanos y la naturaleza

La gente de la zona que sabe del tema se escandaliza cuando alguien habla de la selva de Irati como de un espacio "virgen": en realidad ese bosque inmenso es en realidad el resultado de siglos, por no decir milenios, de interactuación entre la naturaleza y el ser humano. Y si hay algo hermoso en un territorio que no ha sido tocado jamás por la mano del hombre, que por supuesto lo hay, aún me lo parece más esa idea de un espacio que es fruto del libre albedrío de la naturaleza, pero al mismo tiempo ha sido pulido con paciencia y esmero por generaciones de personas que sabían lo que hacían y que lograban subsistir ellos, pero que también lo hiciese su entorno.

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