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Superhéroe

Renacer, lo que se dice renacer, pues no, no he renacido. Pero por lo menos estuve 48 horas sin pensar en las cuatro cosas que me atormentan últimamente. He de reconocer que es muy feo ahogarse en un vaso de agua, que esas cuatro cosas que no me dejan dormir tampoco son para tanto. Lo que tiene solución, no es un problema, y lo que no tiene solución, tampoco.

Como ando desvelada me he despertado pronto y me he puesto a escribir, así que me he colado en esta página. Lo descubrirás cuando acudas al blog para contestar mi entrada anterior.

En nuestra escapada campestre descansé y observé las particularidades de la vida lejos de la gran ciudad. Después de ver los problemas a los que hay que enfrentarse cuando uno da el paso y se instala en el mundo rural (peleas por las lindes, que te toque un guardia forestal obtuso o un entorno poco friendly), las reuniones de la comunidad de vecinos se quedan en una anécdota simpática. Y eso que el lunes eran las once y media de la noche y todavía no había terminado de poner al día con nuestros vecinos, el administrador, el constructor y el arquitecto el estado actual de la obra de remodelación del edificio. Menos mal que tengo templanza para ser presidenta de la comunidad, me parece que tú no podrías.

Ando agitada porque el próximo fin de semana nos vamos a México, plegaria atendida casi tantas veces como Nacho y yo la hemos invocado. Dedicamos gran cantidad de energía a forzar nuestras visitas a México. Nos encanta ir de promoción, a tocar, lo que sea. Pero tienes que entender que la perspectiva de subirme a un avión, aunque sea bajo los nobles efectos del Trankimazim, me pone de los nervios. Si yo me dejara llevar por la indolencia, y ante la perspectiva de subir en la aeronave, suspendería el viaje inmediatamente. Pero no me dejo llevar por esos miedos, intento obviarlos. Si hiciera caso a esos pánicos, no haría nada, no me obligaría a actuar en la mayoría de las situaciones que se me hacen cuesta arriba. Como cuando he entrevistado a los Pet Shop Boys, o a John Waters. Es algo muy apetecible, pero llegado el momento me entran ganas de salir corriendo en dirección opuesta. Luego me encanta haber superado el momento, pero media hora antes me quiero morir.

Otra cosa que me tiene sin vivir (perdón por la exageración y el dramaqueenismo) es que tenemos prevista la grabación del nuevo video de Fangoria para el viernes y a día de hoy no sabemos si habrá que posponerlo, y ya se nos retrasa la fecha que teníamos marcada. Ya sabes lo mal que llevo que se cambie algo de mi agenda. Es lo que tiene rodar en exteriores, dependes del parte meteorológico. Hace cinco minutos, cuando consulté la página del Instituto Nacional de Meteorología por enésima vez, era de un 95% de posibilidades de lluvia en la zona a la que vamos. Me doy cuenta de lo controladora que soy, todo lo que escape a mi control me saca de quicio. Y, claro, no soy la diosa del clima para poder manejarlo a mi antojo.

En fin, joya, ya estoy lista para empezar un nuevo día de promoción junto a ti y en compañía de Nacho, al que se le ocurrirán hoy treinta y seis proyectos nuevos que me pondrán nerviosa según los esté enunciando. Pero nos reiremos mucho, como siempre.

Anoche, mientras preparaba mi agenda para hoy, estuve viendo a Hugh Jackman en televisión. Acudió como invitado especial a El Hormiguero. Espero que no te importe que ya que hoy me toca a mí visitar al programa, me regodee un poquito olisqueando la silla donde estuvo sentado ayer. Palparé con morbo el espacio que tocaron sus músculos. A ver si los efluvios del superhéroe Lobezno me infunden un poquito de valor. Tranquilidad, lo dudo, ya se sabe que un superhéroe que se precie tiene que ser un tanto atormentado. Como yo.. A ver si va a resultar que soy un poquito superhéroe de la Marvel. Sin poderes, claro.

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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