Las declaraciones de Alan Greenspan sobre la actualidad económica y financiera no suelen tener desperdicio. Es un personaje fascinante, que ha manejado la política monetaria de los Estados Unidos como presidente de la Reserva Federal durante dos décadas, y cuyos conocimientos monetarios y financieros le colocan en una posición privilegiada para comprender lo que está ocurriendo. Ello, no obstante, no ha evitado que fuera el gran responsable de la burbuja inmobiliaria y de crédito que originó la actual crisis.
En los dos últimos años cada una de sus intervenciones públicas ha dado que hablar. Así, por ejemplo, a principios de 2008 alertaba de los peligros de la burbuja inmobiliaria en España, cuya magnitud, decía, era mayor que las burbujas de otros países, incluida la de Estados Unidos. Un año más tarde advertía contra los rescates públicos a las grandes instituciones financieras (basados en la doctrina too big to fail), calificándolos de una gran amenaza, no sólo para el libre mercado, sino para el futuro económico de EEUU.
Entretanto, ha dejado caer algunos comentarios muy jugosos en diversas entrevistas, como ya reseñamos en este medio. Entre otras cosas, reconoció las grandes limitaciones -por la imposibilidad de conocer todas las variables necesarias- a las que se enfrentaba al mando de la autoridad monetaria, defendió que el sistema financiero actual no puede calificarse de libre mercado, y señaló las ventajas del patrón oro.
En esta ocasión, el diario The Wall Street Journal se hace eco de sus palabras ante una reunión del neoyorquino Council on Foreign Relations el pasado martes, donde criticó los estímulos públicos y mostró una gran preocupación por la delicada situación fiscal de su país.
Greenspan es de la opinión de que es necesario implementar una ambiciosa estrategia de salida para la política fiscal, lo que se traduciría en un notable esfuerzo de austeridad presupuestaria. Ve con recelo el elevado grado de "activismo" derivado del gasto público de los planes de estímulo de Obama. Por ello, piensa que es hora de que el Gobierno se retire del camino y permita que sea el mercado y los agentes privados los que lideren la recuperación.
Y es que, según Greenspan, los estímulos fiscales han tenido hasta el momento unos efectos positivos sobre la economía mucho menores de lo esperado. Así, puso su granito de arena en el debate acerca de los efectos del Plan de Obama. ¿Ha supuesto un derroche improductivo o un estímulo a la economía y el empleo, sin el cual las cosas irían peor hoy?
Las grandes expectativas que la Administración Obama había depositado sobre sus políticas keynesianas, han chocado con la realidad. Ellos mismos lo demuestran implícitamente con la aprobación del segundo plan de estímulo, consistente en programas de obras públicas, ayudas hipotecarias, y rebajas de impuestos. Un plan que, dicho sea de paso, no goza del respaldo de la mayoría de la población.
En este momento, señala el anterior presidente de la FED, "probablemente estaríamos mejor haciendo menos que más". Y fue más allá respecto a los planes de Obama: "Hasta el punto en que la evidencia sugiere que déficits muy grandes tienen un efecto expulsión sobre la inversión de capital, el programa de estímulo tiene una incidencia negativa que representaría entre un tercio y la mitad de lo que ha sido el estímulo".
Más allá de su crítica a los estímulos, afirmó que la probabilidad de una segunda recesión (double-dip o recuperación en W) está bajando y no es muy alta, aunque mostró preocupación por la situación y perspectivas del mercado inmobiliario, que se desplomó recientemente ante la retirada de ayudas públicas.
Su preocupación se centra en la situación de las finanzas públicas. Se necesita hacer algo lo antes posible, alerta. Incluso sostiene defender incrementos en los impuestos, además de recortes del gasto. Añade que es la primera vez de la que tenga memoria que defiende tal cosa, y lo argumenta diciendo que "nuestra elección no es entre algo bueno y algo malo; es entre algo terrible y algo todavía peor".
Pero tampoco está tan claro que subir los impuestos sea una medida eficaz para conseguir reducir drásticamente el déficit, y mucho menos para animar la recuperación. Como señala el profesor de economía en Harvard, Alberto Alesina, la historia sugiere que los ajustes fiscales más exitosos han consistido en recortes del gasto y rebajas de impuestos.
Alan Greenspan suele ser conocido por sus ideas en defensa de los mercados libres y la autorregulación de éstos. No en vano, una de sus grandes inspiraciones fue la filósofa individualista Ayn Rand. Sin embargo, el experto sobre Greenspan, Frederick Sheehan, mostró en una entrevista exclusiva concedida a Libertad Digital algunas dudas de que sostuviera realmente estas ideas liberales. Sea como fuere, su actuación como banquero central al frente de la FED no puede decirse que fuera la manifestación práctica de sus ideales.
El Maestro de la crisis financiera actual también tuvo algunas palabras para hablar sobre el oro. Volviendo a sus orígenes defensores del patrón oro, como el sistema monetario más compatible con la libertad económica, afirmó que el metal amarillo todavía representa el "último medio de pago". La espectacular subida del precio del oro sería la señal de que existen problemas con los mercados de divisas, una señal de aviso sobre la que se debería prestar atención. Con todo, considera que el problema no es muy grave.