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Rajoy avisa de que Rivera podría dar el poder a Sánchez tras el 26J

"Uno puede encontrarse con que vota una cosa y, al final, acaba elegida otra cosa distinta", dice en Zaragoza, donde se dio otro paseo de precampaña.

"Uno puede encontrarse con que vota una cosa y, al final, acaba elegida otra cosa distinta", dice en Zaragoza, donde se dio otro paseo de precampaña.

A Mariano Rajoy se le ve muy cómodo durante esta precampaña. Cree que su discurso lo entiende todo el mundo, toda vez se limita a advertir de los riesgos de apostar por cualquier otra formación que no sea la suya el próximo 26 de junio. "Sinceramente, no es bueno dar saltos al vacío, apostar por lo desconocido o jugar a la ruleta rusa", afirmó desde Zaragoza, donde participó en la presentación de los candidatos de la coalición de su formación con el PAR. Además de las formaciones de izquierda, por supuesto, Ciudadanos volvió a estar en su punto de mira.

Según el PP, Rajoy se limita a avisar de que Albert Rivera y Pedro Sánchez podrían reeditar el acuerdo que ya alcanzaron tras los comicios del 20 de diciembre. "Uno puede encontrarse con que vota una cosa y, al final, acaba elegida otra cosa distinta", enfatizó, en su intento de recuperar a parte del votante de centro-derecha que en las anteriores elecciones se decantaron por el partido naranja.

La meta de Rajoy es conseguir el 30% de los votos, y está convencido de que, en esta ocasión, puede conseguirlo. Una de las razones, según esgrimió este mismo miércoles, es que durante los último 4 meses no participó en "el teatro" que protagonizaron sus rivales políticos. "Lo que hemos vivido en estos cuatros meses fue un reality show de baja estopa", afirmó, ante la carcajada de los suyos. Y reiteró una vez más que él seguirá llevando por bandera "la credibilidad, la experiencia y la certidumbre".

El líder del PP mete a todos, incluido a Ciudadanos, en el mismo saco. De hecho, en los últimos días no se ha cansado de recordar que incluso negoció con Podemos, tal y como destacó Javier Pasado este mismo martes, tras negociar internamente una postura "unánime" sobre Rivera. Y, todo ello, pese a que el compromiso es el de llevar a cabo una campaña "en positivo". "De la ilusión", según precisó Rajoy, antes de darse un paseo por las calles de Zaragoza y tomarse, como ya es tradición, un vino con sus compañeros de formación.

Antes, el presidente en funciones protagonizó una entrevista en el diario británico Financial Times, y exigió a Rivera que deje de pedir su cabeza. "No puede pedir al PP deshacerse de su líder", zanjó, para volver a aseverar que se siente "bien y "motivado" ante la nueva convocatoria electoral. "Mi trabajo está a medio hacer", añadió, dando a entender que no se hará a un lado tras las elecciones.

"No tengo un sucesor natural. Y le digo otra cosa: a veces no es malo no tener un sucesor natural", llegó a contestar. Además, reiteró las que son dos de sus promesas estrella: crear medio millón de puestos de trabajo al año y una bajada de impuestos cuando las circunstancias lo permitan. No concretó nada sobre la segunda de las cuestiones.

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