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Amando de Miguel

Divertidos sarcasmos

El áspero Daniel M. Schutt vuelve a la carga. Dice que le resulta extraño que me arrogue una superioridad moral respecto a Pepín Vidal Beneyto por el hecho de haber pasado yo por la cárcel. Dios me libre de suponer una cosa así.

El áspero Daniel M. Schutt vuelve a la carga. Dice que le resulta extraño que  me arrogue una superioridad moral respecto a Pepín Vidal Beneyto por el hecho de haber pasado yo por la cárcel. Dios me libre de suponer una cosa así. Precisamente, si Pepín se libró de la cárcel, aunque estuvo en todas las conspiraciones, fue por ser muy listo. Admiré siempre en él su poliglotismo. El hombre confesaba que el único idioma que no sabía hablar bien era el valenciano, siendo Valencia su tierra de nación. Se mofa don Daniel de que yo cite a Sales y Ferré, el primer catedrático de Sociología que hubo en España. "Lo conocerá usted de librería de viejo". Efectivamente, siendo yo estudiante, en una librería de viejo compré un librito de Sales y Ferré que es una joya. Se trata de un estudio sobre las transformaciones del Japón después de la Revolución Meiji. Por esa época (finales del siglo XIX) ya no había analfabetos en Japón. En España eran analfabetos de solemnidad más de la mitad de los adultos. Me pregunta don Daniel si sé "quien es Gino Germani". Ya murió, el hombre. Tuve una excelente relación con él a través de su discípulo Pancho Marsal. Acompañé a Gino a entrevistar a algunos políticos españoles. Por ejemplo, Dionisio Ridruejo o José María de Areilza. No tengo espacio para relatar los extremos de esas entrevistas. Un dato solo: a Dionisio lo quiso casar Franco con su hija Carmencita. Termino con don Daniel. Sigue con sus admoniciones: "Si tuviera dos dedos de frente, pondría en sus escritos a nuevos pensadores o sociólogos españoles". ¿Será don Daniel uno de ellos? Se despide así: "¡Qué asco de mediocridad este país!". Supongo que la mediocridad lo dice por tipos como el que suscribe. Hay insultos que son estímulos.

Javier de Lacalle comenta sobre don Daniel, "el grosero árbitro de la elegancia. Don Amando. ¿Le dio usted clases y le suspendió?". Pudo ser porque don Daniel es licenciado en Sociología. Aunque tengo que reconocer que yo he suspendido muy poco. Leo el currículum de don Daniel y me llama la atención este tipo de empleos que ha ostentado: "Misión de consultoría breve para el apoyo de la profundización parlamentaria del Parlamento de Mercosur". ¡Atiza!

José María Navia-Osorio se refiere al comentario despectivo que hizo don Daniel al informe FOESSA. En la fecha de ese estudio, don José María tenía  15 años y quedó impresionado por el comentario que hizo un profesor suyo sobre ese informe. Me dice ahora que "tuvo que ser un trabajo de chinos". Así fue. Escribí un volumen de cerca de mil páginas en menos de un año. Bien es verdad que mis colaboradores (todos estudiantes de Sociología; ahora casi todos catedráticos) me ayudaron en la encuesta y las estadísticas. Pero recuerdo que llegué a disponer de tres secretarias al mismo tiempo que ponían a máquina lo que yo iba escribiendo a mano. Hoy parecerá ingenuo el FOESSA de 1966 y 1970, pero entonces no se había escrito nada tan completo. Modestamente, es un clásico.

Para amenizar el rato, transcribo un poema en homenaje de Zapatero que imita a Quevedo. Me lo envía José Javier Marcos Hevia, quien supone que su autor es Alfonso Ussía. Solo hay espacio para la primera estrofa y la última:

Érase un ZoPenco de moral carente.
Érase un ZePorro acomplejado.
Érase un ZamPabollos con cero de cociente.
Érase un embustero redomado.

.....

Pero el mal no perdura eternamente.
No se pierde la fe por un malvado.
Y al final el felón será juzgado
por indigno, traidor y prepotente.
Y por el pueblo español será enviado
a tomar por el culo... atentamente.

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