Si la humanidad decidiera aprovechar las mejoras de la ciencia, la técnica y la organización, sería posible vivir cien años. Esa es una conducta racional que no se puede esperar para grandes conjuntos. Indudablemente, mejora la alimentación, la higiene, la sanidad. Pero a todo eso se contrapone un estilo de vida atroz que contribuye a que la muerte se anticipe. Súmense los siguientes factores, sin ningún orden. Terrorismo, accidentes, tabaco, alcohol en exceso, drogas, estrés, deportes de riesgo, sobrealimentación, sedentarismo, contaminación del medio, homicidios, guerras. Todavía se puede añadir la extensión de algunas enfermedades infecciosas. Todo eso va en aumento.
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