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Amando de Miguel

Trampantojos del lenguaje

Por cierto, la Cruz Roja poco tiene que ver con el símbolo cristiano de la Cruz. Es un remedo de la bandera suiza. Por tanto, el que haya surgido la Media Luna Roja es un gesto desproporcionado.

Clara Fuentes lee en un artículo de Jon Juaristi que, en otros países europeos, los niños saben muy bien el significado de la bandera de su país; cosa que no sucede en España. Con toda humildad razona doña Clara que a ella le gustaría saber el significado de los colores rojo y gualda de nuestra bandera. No tiene mayor misterio. La bandera roja y amarilla ("gualda" es la flor que da un amarillo brillante) fue un diseño de Carlos III para la flota española. La razón es que, hasta entonces, se utilizaban distintas banderas, por lo general adscritas a las casas reales o a diversas regiones. En algunos casos los colores de las banderas no facilitaban su visibilidad en el mar. Por eso se decidió que los colores de la bandera aragonesa (catalana y valenciana) eran los que mejor destacaban en el mar. Lo fundamental no es el origen sino la tradición acumulada de varios siglos en los que la bandera roja y amarilla ha sido la que ha identificado a la nación española.

El arreglo de la bandera republicana (sustituir una franja roja por otra morada) fue efímero. Tampoco prosperó la idea de Franco de compartir el símbolo de la bandera nacional con la de Falange (paradójicamente los colores de la enseña anarquista) y la del Requeté (la cruz de San Andrés o de Borgoña que habían llevado los antiguos tercios). Los partidos totalitarios suelen pretender la identificación de la enseña del partido con la bandera nacional. Es el caso de la Alemania nazi o la Rusia soviética. También lo es el supuesto del País Vasco, pues la ikurriña es propiamente la bandera del Partido Nacionalista Vasco. Está inspirada en la bandera inglesa, una combinación de dos cruces. Por cierto, la Cruz Roja poco tiene que ver con el símbolo cristiano de la Cruz. Es un remedo de la bandera suiza. Por tanto, el que haya surgido la Media Luna Roja es un gesto desproporcionado.

Luis Serrano advierte que antes se decía "la Cruz Roja". Por ejemplo, "Las chicas de la Cruz Roja", una memorable película. Pero ahora se dice simplemente "Cruz Roja", o peor "Curroja". Tiene razón don Luis. Lo mismo pasa con "las Naciones Unidas", que se le quita bonitamente el artículo. Ignoro a qué se debe esa manía reductora, pero así es. El habla siempre fue algo distinto de la lengua.

Paco Eslava recuerda que los habitantes de Carmona (Sevilla) toda la vida de Dios han sido carmonenses. Pues bien, "de un tiempo a esta parte, políticos y algunos periodistas dicen: carmonenses y carmonensas". O también dicen "carmonés para el masculino singular y carmonense para el femenino". Poco hay que comentar. A esos extremos de estulticia está llegando lo del sexismo en el lenguaje. ¿Es que el feminismo no es una forma de sexismo?

Juan Bautista Delgado (Oviedo, Asturias) desea colaborar para eliminar el sexismo en el lenguaje. Para demostrarlo reescribe la famosa estrofa:

Andaluces y andaluzas de Jaén,
aceituneros y aceituneras altivos y altivas,
decidme en el alma: ¿quién ,
quién levantó los olivos y las olivas?

Espero que cunda la iniciativa restauradora de la Literatura.

José María Navia-Osorio me cuenta sus tribulaciones con un curso que está siguiendo para que los funcionarios se adapten al lenguaje no sexista en los escritos oficiales. El texto se llama "Guía de Sensibilización y Formación en Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres". Comenta el asturiano: "Todo con mayúsculas para que se note que es muy importante". Hay algunas lecciones que don José María no entiende y me pide ayuda interpretativa. Traslado las inquietudes a los libertarios. ¿Por qué es sexista "contrato de trabajo parcial" y no lo es "contrato de suplencia eventual temporal"? ¿Por qué es sexista "Marbella" y no "Madrid"? Cierto es que hay ciudades masculinas y otras femeninas, pero esa cualidad no es ningún desdoro para nadie.

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