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Antonio José Chinchetru

Vigilantes del contrapoder

Internet ha sido el vehículo que ha permitido que desde la sociedad civil surjan de manera espontánea mecanismos de control frente a las malas prácticas de profesionales y empresas del periodismo. La herramienta más común para ellos son las bitácoras.

Tradicionalmente se ha considerado a los medios de comunicación en una democracia como un contrapoder que vigilaba los abusos de los poderes del Estado, si bien hay que reconocer que muchos periodistas se han comportado como el apoyo de dichos poderes. Pues bien, también las radios, televisiones, agencias de noticias, periódicos y demás atentan en ocasiones contra los intereses de los ciudadanos. Lo hacen de diversas maneras, que van desde la manipulación sutil pero intencionada a la mentira más descarada. Por eso es bueno que exista alguien que les vigile.

Pero dicho control sobre los medios no debe venir en ningún caso del Estado. Si esto ocurriera el resultado sería que los periodistas perderían su función de contrapoder. Quien debe vigilar a los medios son los ciudadanos, al igual que aquellos son (o al menos deberían ser) un instrumento de la sociedad civil para alertar y denunciar los abusos cometidos por la Administración. Internet ha sido el vehículo que ha permitido que desde la sociedad civil surjan de manera espontánea mecanismos de control frente a las malas prácticas de profesionales y empresas del periodismo. La herramienta más común para ellos son las bitácoras.

El último ejemplo de ello lo tenemos en el alto coste que en prestigio que para la agencia Reuters ha supuesto que se descubra y se difunda por todo el mundo que distribuía fotos manipuladas del actual conflicto entre Hezbolá e Israel. Las bitácoras han puesto contra las cuerdas a esta agencia, con el resultado de que el autor de los montajes ha perdido su empleo de fotógrafo, y además ha surgido un movimiento que vigila la constante manipulación a la que someten demasiados medios la información sobre Oriente Medio. Abrió la veda el conocido weblog Little Green Footballs, cuyos responsables fueron los primeros en detectar el retoque de las imágenes. De forma espontánea, numerosos bloggers de todo el mundo comenzaron a vigilar con mayor constancia las noticias que nos llegan de la zona.

España no podía ser una excepción. Aquí hay jóvenes y preparados autores de bitácoras que desde hace tiempo dan la información que nuestros medios no ofrecen y denuncian las manipulaciones que en ellos se producen. Ahora su labor se ha visto reforzada por otras bitácoras no especializadas en estas cuestiones, pero que realizan una excelente labor en la denuncia de Hezbollywood o nos muestran esas escenas que los alemanes pueden ver pero que no emiten nuestras televisiones. Ciertamente, es difícil que cualquiera de estos españoles consiga poner contra las cuerdas a una agencia o acabar del todo con el prestigio de un medio de comunicación, pero sin duda les dañan y ofrecen, a aquellos que lo desean, la posibilidad de vacunarse contra la manipulación que caracteriza a gran parte de la información que nos llega desde Oriente Medio.

Poco a poco la repercusión real de esta vigilancia irá creciendo y aquellos periodistas dados a falsear la realidad se sabrán vigilados por la sociedad y pondrán cada vez más cuidado en no mentir descaradamente, en esta o en otras cuestiones. La manipulación sutil quedará, pero quien falte a la ética sabrá que el precio a pagar ya no es cero. Se empieza a correr el riesgo de perder el trabajo al poner en peligro el prestigio del medio y que este pierda audiencia. Una sanción justa y procedente de la sociedad.

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