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Emilio Campmany

El precio

El desafío consiste en que hay que darles lo que Zapatero les prometió y que no puede ser otra cosa que lo que Eguiguren llama precio mínimo. La cuestión es si Rajoy se ha obligado o no a pagar ese precio

Dice Eguiguren en su libro ETA. Las claves de la Paz: "La conferencia [de Ayete] tuvo una reacción virulenta desde la derecha mediática y el sector más radical del PP, que hacía recordar los tiempos del Proceso de Paz de 2006. No querían entender que el precio a pagar por el cese definitivo de ETA era mínimo". O sea, que hay un precio que pagar, aunque prefiere no detallar cuál es. Lo que sí dice es que hay un precio. Sabemos que, por lo menos, consiste en dejar que ETA esté en las instituciones, lo que incluye, a partir de marzo de 2013, el Parlamento Vasco y quién sabe si Ajuria Enea. También supone el acercamiento de algunos presos y la liberación de otros. Y, si atendemos a lo que preguntó Ekarrondo el miércoles pasado al Gobierno, cabe deducir que también hay que darles el reconocimiento de Euskadi como nación, cosa que indirectamente Eguiguren ya ha hecho al apuntar la posibilidad de una constitución vasca, y el derecho a decidir del "pueblo vasco", concepto que probablemente incluya al navarro.

Esto, como muy bien ha explicado Jaime Mayor Oreja a Dieter Brandau en esRadio, no es un proceso de paz (con minúsculas, que hasta ahí podíamos llegar), es un desafío. Un desafío que consiste en que hay que darles lo que Zapatero les prometió y que no puede ser otra cosa que lo que Eguiguren llama precio mínimo. La cuestión es si Rajoy se ha obligado o no a pagar ese precio cuyos primeros plazos ya satisfizo el tontiloco de su antecesor. Para vergüenza de todos los que le votamos, la cosa no está nada clara.

Y la cuestión es que, hayan prometido más o menos, lo que no pueden dar es lo que no tienen. Y lo que no tienen es la posibilidad de convertir al pueblo vasco, incluidos los navarros o no, en pueblo soberano porque no lo es. En España sólo hay un soberano, que es el pueblo español. Por tanto, sólo el pueblo español puede consentir que una parte de él se haga igualmente soberano. Ni Zapatero ni Rajoy, por mucho que sean, que tampoco son tanto, son el pueblo español y no pueden disponer de su soberanía. Ya es tremendo tener que aclararlo.

Desde el PSE, el PNV e incluso Amaiur, se han hartado de decir que ETA no volverá a matar. ¿Y por qué sigue ahí vigilando que se cumpla lo prometido? Pues para hacer valer la amenaza de que, si no se paga el precio estipulado, volverán a lo único para lo que sirve una organización terrorista, cometer atentados. Por eso no se disuelven. Y por eso parece que se empeña el PP en pedir que lo hagan. Sin darse cuenta que da lo mismo. Allá ellos si quieren o no disolverse. Lo que hay que hacer de momento, mientras ETA siga existiendo, es meter en la cárcel a sus miembros por pertenencia a organización terrorista. Ya está bien de pamplinas y monsergas.

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