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Francisco José Alcaraz

El perfume

Cuando se apruebe esta Ley, se crearán decenas o cientos de organizaciones que podrán constituirse con menos de una docena de personas e incluso sin ser víctimas del terrorismo.

El perfume es una sustancia aromática en estado concentrado. Su finalidad es proporcionar un olor agradable y duradero en el tiempo, pero cuando esa fragancia es diluida en alcohol se reduce sustancialmente su efecto aromático y por consiguiente la duración en el tiempo.

Utilizo esta metáfora para referirme a algunos aspectos que se dan a conocer a través de los medios de comunicación en relación a la reforma de la ley de apoyo a las víctimas del terrorismo, ley que llega a destiempo debido al incumplimiento en el tiempo tanto por parte de Peces Barbas como del propio Zapatero. Supongo que era una forma de mostrar un cheque en blanco para cambiar voluntades en pleno proceso de rendición con ETA y continuar con las artimañas para no esclarecer la verdad del 11-M.

Creo que llegado a este punto, sugiero al lector se remita al articulo que publiqué con el titulo Víctimas del terrorismo y víctimas de atentados terroristas, ya que facilitará en gran medida el análisis particular que desarrollaré.

La era Zapatero ha supuesto para las mayoría de las víctimas del terrorismo y los ciudadanos de bien un grave retroceso en la lucha contra el terrorismo de la banda de extrema izquierda de ETA. Pero la respuesta de la sociedad española, impulsada desde el colectivo de víctimas, ha sido sin duda alguna un elemento sorpresa de inimaginable fortaleza para que, tanto Zapatero como los asesinos de ETA , no pudieran consumar con total impunidad el proceso de rendición.

La respuesta de las víctimas del terrorismo como elemento sorpresa para quien traicionaba el Pacto Antiterrorista no sólo ha sido tenida en cuenta en el proceso de negociación con los asesinos; siendo incluso, según se desveló en parte de las actas filtradas de la negociación, un obstáculo para el cumplimiento de la hoja de ruta. También ha sido un obstáculo para los intereses electoralistas a la hora de buscar la rentabilidad política del proceso de rendición.

Ante este panorama y con todas las probabilidades de que esa negociación se retome en el futuro (no en vano sigue vigente el permiso del Congreso para la negociación), se necesitaba desmovilizar y neutralizar a las voces mayoritaria de las víctimas del terrorismo, evitando así que la rebelión cívica sea un obstáculo en sus fines.

"Proceso de Paz", "una oportunidad única para acabar con el terrorismo", "el fin de la violencia"... todas estas frases hechas no son casuales, se ha utilizado slogans en positivo para que quienes nos opusiésemos a ellos pudiéramos quedar como intolerantes o insolidarios.

En esa misma estrategia está fundada las intenciones de la reforma de la Ley de víctimas del terrorismo. Vaya por delante de nuevo la referencia que hago al artículo citado, para mostrar mi apoyo a que deberían ser aún mas las personas reconocidas hoy como víctimas del terrorismo (tan sólo por los millones de españoles que hemos secundado la rebelión cívica, ya serían mas que las que va a reconocer Zapatero).

Pero valiéndose de la falta de reflexión y de análisis de los muchos españoles que tan sólo conocen y profundizan en los personajes de la telebasura, han equiparado socialmente a una víctima que ha perdido brazos y piernas o que ha enterrado hasta varios miembros de su familia con la persona que ha visionado un atentado o que ha salido ilesa del mismo.

Ser víctima del terrorismo después de esta Ley para muchos será fácil, es un distintivo o un carnet que será distribuido en muchas ocasiones en función de los intereses que la oficina del Ministerio del Interior. Esto lo digo porque aún con el restrictivo reconocimiento hoy en día, no es raro encontrar a quienes de forma oportunista han buscado esa categoría a través de la vulnerabilidad en muchos casos de la baja psicológica, tan fácil como la estrategia utilizada para someterse a un aborto. Mientras, muchas de las víctimas que han enterrado a sus hijos y han sido heridas en atentados siguen cumpliendo con su deber como miembros de las Fuerza de Seguridad del Estado y no son tomado en cuenta por el Gobierno.

Cuando se apruebe esta Ley, se crearán decenas o cientos de organizaciones que podrán constituirse con menos de una docena de personas e incluso sin ser víctimas del terrorismo. Hoy en día ya han proliferado muchas de ellas, amparadas y equiparadas a quienes sí han enterrado a sus seres queridos.

A Zapatero y sus medios afines no les va a faltar a personajes que vayan de televisión en televisión en representación de las víctimas del terrorismo para apoyar el nuevo proceso de paz.

De nuevo, se van a valer del reconocimiento que debemos a las personas amenazadas y perseguidas y a los muchos que hacen frente al terror para que el perfume se convierta en agua de colonia. Por consiguiente, la intensidad de la fragancia y la duración del mismo estarán menoscabada s porque este Zapatero no quiere que la fragancia de la libertad en España le recuerde lo que puede llegar a ser de nuevo una traición. Por ello, diluyéndonos logrará esta agua de colonia que tanto ansía.

No es un fabulación infundada. Esta estrategia está en marcha desde hace cuatro años, pero no han encontrado apenas víctimas del terrorismo que se dejen comprar por prebendas y que sean suficientes para acallarnos a los que hoy, pese a quien pese, somos la voz de la mayoría de las victimas de los atentados terroristas.

En España

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