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Ignacio Villa

Aznar en Doñana

José María Aznar se encuentra en el Parque Nacional de Doñana descansando en estas vacaciones de Semana Santa. Es un lugar que ya se ha convertido en habitual para el descanso del presidente. Aunque, en esta ocasión, Aznar tendrá que compaginar el descanso con la maduración de algunas decisiones clave que tendrá que tomar próximamente.

Desde luego, se antoja como muy importante la actividad política de los próximos ocho meses. Posiblemente nos encontramos en el momento crucial de esta legislatura. Para empezar, a la vuelta de Doñana comienza sin solución de continuidad la precampaña y la campaña de las elecciones vascas. Una cita que puede ser decisiva. Y es que una posible coalición de Gobierno PP-PSE después del 13 de mayo marcaría, para siempre y para bien, la gestión de Aznar en el Ejecutivo central.

Después del País Vasco llegarán, en otoño, las elecciones en Galicia. Otra cita con las urnas en la que el PP sólo acepta un resultado: la mayoría absoluta de Fraga. Si el actual presidente de la Xunta no alcanza esa mayoría absoluta, significaría que algo ha comenzado a fallar en el engranaje “popular”.

Y en enero de 2001, aparecen en el calendario dos reclamos ineludibles: la presidencia española de la Unión Europea y el Congreso Nacional del PP. La primera es el gran examen del liderazgo europeo de Aznar. Seis meses de protagonismo internacional, que en Moncloa se están preparando ya a sabiendas de que el presidente del Gobierno se la juega en sus posibles aspiraciones europeas.

Y sobre el Congreso, ¿qué decir? Aznar será reelegido presidente del PP, posiblemente habrá nuevo secretario general pensando en el 2004, quizá asistamos a una remodelación de Gobierno... Pero con toda seguridad, se articulará un cambio de formas ante una nueva situación interna en el partido.

Lo dicho, los próximos meses van a ser muy intensos. Y más de una decisión pasa estos días por Doñana.

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