No hace muchos días, un importante miembro del Gobierno comentaba en público que el Partido Popular daba por perdidas las próximas elecciones municipales. Una afirmación dura y contundente que argumentaba añadiendo que las cotas del poder municipal que el PP alcanzó en las últimas elecciones son tan amplias que es muy complicado volver a repetir. En fin, desde luego con estos amigos, no hacen falta enemigos. ¡Si estos ánimos se respiran en Moncloa, que será en el resto de España!
Lo cierto es que la última encuesta del CIS confirma algo que, desde hace tiempo, ya circula libremente en los distintos círculos políticos y que se intenta frenar con datos demoscópicos. En esta historia hay algo que no cuadra. El PP pierde en intención de voto, mientras que las encuestas oficiales se empeñan en negarlo. No podemos olvidar que en vísperas de las elecciones de 2000, las mismas encuestas del CIS daban una ventaja muy pequeña entre populares y socialistas. Con el tiempo, desde el Gobierno se ha reconocido que aquellos estudios se matizaron intencionadamente para que no recogieran una gran diferencia entre los dos grandes partidos, que provocara una desmovilización del votante del PP. Ahora, casi tres años después, las cosas han cambiado. La diferencia se acorta, pero las encuestas la agrandan.
Con este panorama, lo que parece que se pone en evidencia es que la estrategia que el PP había diseñado para amortiguar la transición sucesoria no está dando los resultados previstos. Desde el PP pensaban que iban a llegar al momento de la decisión con un buen respaldo electoral en la intención de voto y con un buen respaldo ciudadano para el propio José María Aznar. Las dos cosas han fallado. El PP está en claro retroceso electoral y José María Aznar pierde apoyos. Dos circunstancias que complican, sin duda, el camino para el que venga detrás.
La realidad es que las últimas encuestas del CIS, lejos de tranquilizar a las huestes populares, han provocado un mayor nerviosismo. "¡Aquí hay gato encerrado!", se ha oído en más de algún despacho popular de provincias. Las direcciones reales del PP, provinciales y regionales, no se creen estas últimas encuestas. Es más, no entienden las razones de una estrategia que lo que único que confirma es que el PSOE se acerca y que las "chinas" puestas en el camino no sirven para nada. Las cuentas no cuadran, y en matemáticas... dos más dos son cuatro.
En España
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Libro