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Ignacio Villa

Europa bajo mínimos

El Consejo Europeo extraordinario de Bruselas nos ha vuelto a enseñar las verdaderas miserias de Europa. Los quince han vuelto a demostrar que son incapaces de mantener una posición común en una cuestión de importancia. Como tantas otras veces, han tenido que acudir a su tradicional escenario, a su típica estrategia: la política de mínimos. Europa, dividida por unos pocos, dice estar de acuerdo; pero es todo una simple falacia. Europa vive constreñida por una dictadura política que lideran Francia y Alemania, y cuando alguien levanta la voz en contra de estos dos países, se rebelan rabiosamente.

La crisis de Irak nos vuelve a situar ante una deficiencia de importancia: a la hora de la verdad, los quince no saben articular una política exterior común. En esta ocasión, los que pretendían ejercer su imposición eran franceses y alemanes, que se arrogan el cumplimiento obligatorio de sus propuestas. Acusan a Reino Unido y a España de dividir Europa, pero realizan estas acusaciones olvidándose de que, en muchas ocasiones, ellos han buscado marcar la pauta al grito de "ordeno y mando". En esta ocasión, algunos de los países han levantado la voz, se han empeñado en discrepar, y París y Berlín han pataleado como "simples adolescentes".

En este contexto, al presidente Aznar hay que agradecerle que haya colaborado con la construcción europea "rompiendo con las directrices de siempre". Aznar, hay que dejar constancia de ello, ha tenido un valor que otros muchos lideres europeos no tienen, levantando la voz a los dos Gobiernos mas fuertes. Es por ello que aunque en Bruselas, Aznar haya podido amortiguar su mensaje de las ultimas semanas para favorecer un consenso, ciertamente ha sabido sacar la cabeza en medio de un nuevo intento de dominación de Francia y Alemania.

Europa sale de Bruselas con la certeza de sus debilidades. La primera de ellas es ,sin duda, la autoridad que Francia y Alemania ejercen sobre una Unión Europea en la que la discrepancia, la discusión y la reflexión es una bocanada de aire fresco. Europa prefiere quedarse con sus mínimos, bajo mínimos, y de esa forma es difícil avanzar con fuerza y seguridad. Mientras Berlín y París sigan pensando que el futuro pasa por ellos, la Unión Europea seguir arrastrándose en los momentos complicados.

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