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Ignacio Villa

Felipismo puro y duro

En el Partido Socialista se saben culpables de lo que ocurrió en los días posteriores al 11 de marzo y se sienten cada vez más acorralados por la realidad contante y sonante

La torpeza llama a la torpeza. El Partido Socialista se encuentra en estos momentos superado por los acontecimientos. La necesidad de mantener abierta la comisión de investigación, gracias a la presión mediática y ciudadana, ha roto de cuajo los planes que habián diseñado los socialistas.

En la calle Ferraz no se quiere investigar sobre lo que ocurrió aquellos días en España, se prefería echar tierra encima, cumplir un expediente y mirar hacia otra parte. Pero esa intención no ha sido posible. Y ahora mismo el PSOE se ha encontrado con la Comisión parlamentaria abierta de par en par, con la posibilidad real de la comparecencia de Zapatero y con los focos puestos sobre la actitud socialista en la jornada de reflexión. Un guión que nada tiene que ver con lo previsto y que están provocando muchos nervios y bastantes errores de bulto en los dirigentes socialistas.

Zapatero, Rubalcaba y Blanco son los tres nombres del PSOE que se incluyen ya sin reservas en la lista de testimonios que se deberían escuchar en la Comisión del 11 de marzo. Zapatero y Blanco no lo han hecho todavía, Rubalacaba ya ha estado. Pero son tantas las novedades que se han ido conociendo que no estaría de más que el portavoz socialista en el Congreso volviera a ser interrogado. Así están las cosas, y aunque Pepe Blanco salga a la palestra con sus diatribas y ataques la realidad es como es.

En el PSOE se están perdiendo los papeles. Y desde luego en su talante, en sus enfados y en su actitud agria se percibe la misma reacción que en su tiempo provocó en el PSOE la larga lista de escándalos y de corrupción de la etapa felipista. Se está repìtiendo el mismo guión, el mismo efecto acción-reacción. En el Partido Socialista se saben culpables de lo que ocurrió en los días posteriores al 11 de marzo y se sienten cada vez más acorralados por la realidad contante y sonante. El PSOE -¡que le vamos a hacer-! huele a felipismo puro y duro. Están recuperando el más viejo estilo. 

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