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Ignacio Villa

Imágenes de otra época

El PP y el PSOE esperan con sosiego a que se celebre, este próximo domingo, el día de la “Patria Vasca”, jornada en la que el nacionalismo va a organizar un despliegue de fuerza más cercano a otras épocas de uniformes y saludos, que a la actual de normalidad y respeto mutuo.

Populares y socialistas saben que los actos nacionalistas previstos para el domingo hay que contrarrestarlos con la indiferencia y la frialdad. Es un estilo, el de este nacionalismo, fuera de sitio y ambiente; en poca sintonía con las corrientes integradoras que ahora mismo se manejan en Europa.

Será una muestra de poder, con la que el nacionalismo vasco pretende enseñar su capacidad de convocatoria y de persuasión. Pero lo cierto es que lo que muestran es dónde están y quiénes son. Se muestran como un partido en el que sus dirigentes se empeñan en estar anclados en el pasado, viviendo de las rentas y con una concepción vieja y trasnochada de la sociedad.

Ya no estamos en la época de los símbolos y de los signos. Ya no estamos en la época de la exclusión y de la división. Ya no estamos en la época de los desfiles paramilitares. Pero ellos se empeñan. Las celebraciones del domingo, no lo duden, irán encaminadas a transmitir un mensaje: “Somos los verdaderos vascos. El futuro de la tierra vasca pasa por el nacionalismo”.

El PNV no se quiere enterar de que vivimos ya en otro momento de la historia. No quieren ser conscientes de que ahora es posible el respeto y la convivencia de las ideas. Huyen despavoridos de todo lo que signifique mantener conceptos distintos en las ideas políticas. Trituran frenéticamente todo lo que suponga diversidad en la forma y en el fondo.

Las celebraciones del día de la “Patria Vasca” nos colocan frente a una vieja fotografía en blanco y negro. Una vieja imagen de un álbum de otra época. Es la señal más clara de cómo se puede vivir mirando al pasado y frenando el futuro, con la intención de pervivir por encima de todo.

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