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Ignacio Villa

La clave es el 13-M

La Comisión de Investigación sobre lo ocurrido el 11 de marzo ha comenzado su andadura. Su primera prueba de fuego ha sido la lista de comparecientes y documentos solicitados por los distintos grupos parlamentarios. El fantasma del "pacto bajo la mesa" entre populares y socialistas está en el ambiente y desde luego los dos grandes partidos tendrán que demostrar en las próximas semanas de verdad que no existe pacto alguno para amortiguar las investigaciones de lo ocurrido aquellos días. Pero también hay que entender que en estos balbuceos las dos grandes formaciones se guarden las cartas antes de la batalla definitiva.
 
Es verdad que en estos primeros pasos la apariencia es que el Partido Popular y el Partido Socialista parecen haber entrado en un periodo de "buena relación". Lo cierto es que el PP y el PSOE mantienen actitudes de bajo perfil, y en los próximos días sabremos si este repentino remanso de tranquilidad se debe a ese "pacto de no beligerancia" denunciado por los grupos pequeños, o son los efectos de una estrategia que lleva a populares y socialistas a mantener escondidos sus resortes de ataque para evitar que el adversario averigüe la siguiente jugada prevista. Por el momento, el ambiente pacifico no es una buena señal de lo que pueda venir en el futuro, pero es verdad que puede ser algo momentáneo como resultado de la prudencia previa de una dura partida de ajedrez.
 
Lo que desde luego deberán tener muy claro, unos y otros, es que los ciudadanos españoles no perdonarían a los dos grandes partidos ningún "apaño" inexplicable después de lo vivido en España. En todo caso que los socialistas no quieran entrar en el fondo de esta Comisión de Investigación es un motivo más para certificar que en el PSOE se saben débiles y aceptan que su victoria electoral está determinada por lo ocurrido en aquellos cuatro días de marzo. Además es evidente que el PSOE tiene mucho que esconder del 13 de marzo, aquella lamentable jornada de reflexión. Por su parte en el Partido Popular no deben de olvidar a los diez millones de votantes que tuvieron el 14-M, los populares tienen la responsabilidad democrática de poner todo de su parte para aclarar que pasó en aquellas jornadas. Sin miedo, con decisión y con rotundidad deberán afrontar esta Comisión.
 
De todas formas, hay una prueba inequívoca que es inexpugnable para determinar la eficacia de la Comisión. Es el día de reflexión. En esta Comisión de Investigación tiene que clarificarse con nombres y apellidos lo que pasó aquel sábado. Ese es el momento clave, esa es la prueba de verdad. Sí esta Comisión parlamentaria pasa de puntillas sobre el día de reflexión será todo una "baratija parlamentaria". Si en cambio se aclara minuto a minuto lo ocurrido en aquella lamentable jornada el PP habrá cumplido su misión. El 13 de marzo es pues la clave de toda esta historia, algo que desde luego no le puede gustar mucho que digamos a Alfredo Pérez Rubalcaba.

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