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Ignacio Villa

La guerra de la Champions

Así pues, estamos pues ante la guerra de la Champions, un conflicto con dos contendientes, el Gobierno y Prisa. Una pugna cuyos daños, ya sean deseados o colaterales, pueden ser tremendos.

Quién nos iba a decir que íbamos a contemplar una nueva guerra del fútbol. Pero aquí tenemos, muchos años después de la primera volvemos a las andadas, la guerra de la Champions, aunque esta vez con el Grupo Prisa en una situación de clara desventaja. Este viernes hemos conocido la compra de los derechos de la Copa de Europa de fútbol por parte de TVE, la Forta y Mediapro, lo que supone un ataque en plena línea de flotación de Digital+, que junto a Antena 3 se queda sin los derechos de este torneo a partir de 2009. Sin esta oferta a sus suscriptores, la plataforma de pago de Prisa pierde definitivamente uno de sus reclamos más importantes y, por tanto, firma de forma anticipada su evidente defunción económica.

Esta desgracia para Cebrián y sus chicos no llega sola, ya que se despiden del fútbol de pago para que lo gestione Mediapro, su rival más enconado. Los amigos de Zapatero quieren poner en marcha un canal de pago en TDT con precios muy competitivos, un proyecto para el que acaban de adquirir la auténtica joya de la corona. Esta historia no pasará desapercibida, ni en lo político ni en lo mediático, y nadie duda de que la venganza de Prisa contra el presidente del Gobierno no se va a hacer esperar. Es más que probable que en los próximos días se desencadene, desde los medios de este grupo, una ofensiva por tierra, mar y aire contra el Gobierno socialista, un fenómeno que podría tener todo tipo de consecuencias.

A nadie se le oculta que Prisa se ha acercado de forma evidente al Partido Popular de Mariano Rajoy. Unos dicen que por pactos interesados, mientras otros piensan que los de Polanco quieren explotar la flojera política del presidente del PP para prolongar el poder socialista. Sea como fuere, la irrupción de la guerra de la Champions hace cambiar todas las previsiones. El Grupo Prisa se halla en un complicado momento económico. Este golpe le coloca en una situación límite, en un terreno peligrosamente resbaladizo.

Para Prisa el negocio está por encima de gobiernos y gobernantes. Si, como parece, este cambio en los derechos del fútbol europeo hace peligrar su cuenta de resultados, la conducta del grupo se tornará imprevisible. La Moncloa puede esperar cualquier cosa. Esta guerra de la Champions es un conflicto con dos contendientes: Gobierno y Prisa. Una lucha cuyos daños, ya sean deseados o colaterales, pueden ser tremendos.

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