Menú
Ignacio Villa

La patata caliente de ZP

No tienen problemas en formar un Gobierno de coalición con Nafarroa Bai; el temor lo causa un posible desgaste electoral que impida la reelección de Zapatero.

Han pasado ya tres semanas desde las elecciones autonómicas y, en ese tiempo, por más que los socialistas navarros aireen públicamente sus dudas, el hecho de que sepamos incluso las nuevas consejerías que tendría un Ejecutivo con Nafarroa Bai mientras se niegan a considerar siquiera una negociación con UPN demuestra por la vía de los hechos que los socialistas, especialmente el presidente Zapatero, quieren y necesitan pactar con los anexionistas para mantener abierto el proceso de rendición. Si no fuera así, el PSN habría respondido al voto de la Unión del Pueblo Navarro al candidato socialista para la presidencia del Parlamento Foral con un apoyo inmediato a Miguel Sanz.

En la calle Ferraz son conscientes de que un Gobierno navarro entre socialistas y anexionistas vascos provocaría un desgaste importante al PSOE ante las próximas elecciones generales. Al mismo tiempo, Zapatero sabe que el proceso de rendición sólo tiene futuro con un Ejecutivo navarro proclive a la anexión y que durante toda la legislatura no sólo haga todos los gestos posibles para apaciguar a ETA, sino que comience la labor cultural y educativa para hacer crecer en la opinión pública la voluntad de anexionarse al País Vasco. Ante la duda entre estas dos opciones la estrategia está siendo, por el momento, la de siempre: ocultarse y esperar a que baje la presión.

Entre los socialistas navarros hay una mayoría aplastante que quiere un Gobierno con los anexionistas y además Fernando Puras fue colocado a dedo por Zapatero como su líder para hacer al pie de la letra lo que ordenara Moncloa. Sin embargo, nadie puede olvidar que las generales están a la vuelta de la esquina y que un Ejecutivo anexionista en Navarra puede ser una baza decisiva a favor del PP en esas elecciones. Esa es la raíz de todas las dudas, enfrentamientos y enfados que se están viviendo en las filas socialistas. No tienen problemas en formar un Gobierno de coalición con Nafarroa Bai; el temor lo causa un posible desgaste electoral que impida la reelección de Zapatero.

No obstante, que nadie se engañe. El presidente del Gobierno ha demostrado con claridad que su apuesta política es el proceso de rendición ante los terroristas etarras y que va a seguir apoyando esa estrategia. Por tanto, al final tendremos a Puras liderando un Ejecutivo conjunto con Nafarroa Bai. No lo harán de forma descarada, a no ser que perciban que la sociedad está suficientemente adormecida como para tragar sin más. Volverán a lo de siempre: callarse sus verdaderas intenciones, insultar al PP y a UPN y terminar optando por lo que más conviene a los objetivos del nacionalismo vasco y de ETA.

De hecho, si han conseguido hacernos tragar sin demasiados problemas algo tan aberrante como facilitar que la franquicia de ETA-Batasuna, Acción Nacionalista Vasca, vuelva a las ayuntamientos, llegar a un acuerdo en Navarra con una coalición anexionista con el País Vasco no tiene porque ser un problema para un presidente del Gobierno que tiene muy claro lo que quiere. Puede que estemos en un periodo de amagos, pero será breve. Navarra no tardará mucho en estar en manos de los nacionalistas vascos.

En España

    0
    comentarios