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Si algo resulta evidente a estas alturas de la crisis económica es que Rodríguez Zapatero navega dando bandazos de aquí para allá sin ser capaz de diagnosticarla y sin receta para solucionarla o, al menos, aliviarla. El presidente del Gobierno se ha enrocado en el falso optimismo para refugiarse de la realidad. Así, Zapatero, ofuscado por su propia soberbia, ha entrado en una deriva ajena al sentido común.
El jefe del Ejecutivo ha decidido zarpar a bordo de un barquito de papel, una embarcación que desde luego no aguantará a flote en medio del intenso oleaje que estamos sufriendo. Algo así no tiene ningún futuro ante los zarpazos de las turbulencias económicas. Sin embargo, Zapatero piensa que buscando un escondite en ese barquito endeble e inestable podrá aguantar dignamente la profunda crisis que nos invade.
Pero lo cierto es que ese barco no puede aguantar mucho tiempo. Ni como excusa ni como parapeto. De modo que Zapatero necesita otros recursos. Uno de ellos lo tiene bien a mano: el encuentro del próximo miércoles en Moncloa con Mariano Rajoy. La experiencia dice que en este tipo de reuniones el presidente del Gobierno siempre ha tendido trampas al líder del PP. Lo hizo repetidas veces en la pasada legislatura aprovechando la sincera actitud institucional de Rajoy. No será diferente esta vez. Es más, ahora más que nunca Zapatero necesita calafatear su barquito de papel para que no se vaya a pique. Lo tiene complicado, pues ha llegado muy lejos en su engreimiento. Pero lo intentará con todas sus fuerzas.
No hace muchos días, era Zapatero quien exigía a Rajoy que fuera a la entrevista con los deberes hechos. Ya veremos cómo lleva los suyos el inquilino de La Moncloa, pero seguro que prepara algún truco para deshacer cualquier situación embarazosa. La entrevista será utilizada por el Gobierno para fortalecerse a pesar de todo, y de paso neutralizar a la oposición. En momentos de crisis, en una situación de convulsión, Zapatero ha demostrado, al menos hasta el momento, su disposición a trocar el bienestar de los españoles a cambio de un reforzamiento de su poder. Lo intentará de nuevo.