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Thomas Sowell

Raza y economía

El crimen, los robos, el vandalismo y los disturbios han elevado los costes de las tiendas de los barrios bajos, tanto directamente como haciendo que las primas de los seguros y los costes de seguridad sean más elevados en los vecindarios pobres.

Las palabras de Andrew Young afirmando que los negros habían sido "timados" por tiendas gestionadas por judíos, coreanos y árabes han sido correctamente criticadas y él se ha disculpado. Pero estas declaraciones irresponsables tienen implicaciones que van más allá de Andrew Young e implicaciones que van más allá de sus repercusiones políticas.

Durante décadas, uno de los puntos ciegos de la mayor parte de "los líderes" y "los portavoces" de los derechos civiles de la comunidad negra ha sido su profundo desconocimiento de la economía.

Tomando los hechos desnudos, es cierto que los precios tienden a ser más elevados –y la calidad del servicio y los productos inferior– en las tiendas de los vecindarios con bajos ingresos. Pero la conclusión apresurada de que esto representa "explotación" o "racismo" ignora las realidades economías de la situación. Porque resulta que muchas de las tiendas de barrio con altos precios luchan por sobrevivir, mientras que los supermercados de otros vecindarios obtienen muchos beneficios poniendo precios más bajos. Hay muchos motivos para esto.

El motivo que es menos probable que sea reconocido por aquellos que culpan a los propietarios de las tiendas por sus altos precios es que el crimen, los robos, el vandalismo y los disturbios han elevado los costes de éstos, tanto directamente como haciendo que las primas de los seguros y los costes de seguridad sean más elevados en los vecindarios pobres.

Lo que cuesta llevar bienes a pequeñas tiendas de barrio también es superior que el coste de llevar bienes a supermercados enormes. Entregar cien cartones de leche a un supermercado es más barato que entregar diez cartones de leche a cada una de las diez tiendas locales repartidas por toda la ciudad.

Vender a un cliente alimentos por valor de 50 dólares en un supermercado requiere menos tiempo que vender comida a diez clientes por valor de cinco dólares en una pequeña tienda de barrio. La atención más rápida es una de las claves de los precios más reducidos de los supermercados.

Un supermercado puede prosperar con un uno por ciento de beneficios limpios de cada dólar de ventas, porque ese dólar vuelve a ser reutilizado una y otra vez a lo largo del año. Si el inventario de un supermercado se agota en dos semanas, ese centavo vuelve 26 veces en el curso del año. Eso significa que un centavo de beneficios de cada dólar de venta se convierte en más de un cuarto de dólar anualmente.

Pocas tiendas locales pueden competir con eso. No solamente es más probable que los precios de la atención y la distribución de la tienda local sean superiores; la lentitud con la que su inventario es repuesto significa que puede que ni siquiera unos precios más elevados pueden compensar completamente tales diferencias.

El efecto acumulativo de tales diferencias de costes es que los precios son a menudo más elevados y al mismo tiempo los porcentajes de beneficio más reducidos en los vecindarios pobres.

Uno de los factores que limita lo que puede gravar una tienda de barrio es que muchos residentes del barrio compran ya en otros vecindarios cuando el precio de lo que se ahorran es suficiente para cubrir el billete del autobús o la carrera del taxi. Cada incremento del precio supone el riesgo de perder aún más clientes.

Muchos de los mismos "líderes" negros que acusan a los propietarios locales de hacer beneficios exorbitantes también se quejan de que los supermercados raramente abren en vecindarios pobres. ¿Acaso piensan que los propietarios de supermercados están en contra de hacer dinero, si los barrios pobres fueran tan beneficiosos para ellos?

La pobre calidad de muchos bienes y el servicio de las tiendas de barrio son también resultado de lo que ha sucedido en estos barrios a lo largo de los años. Mi sobrino, que vive en el mismo vecindario de Harlem donde yo crecí en los años cuarenta, se quejaba a menudo del servicio desagradable y la mala calidad de los bienes, así como de sus precios elevados, quejas que no reflejan la realidad que yo viví en ese mismo vecindario. Allá por los años cuarenta había muchas más tiendas y económicamente habría sido suicida para cualquiera de ellas tratar a sus clientes del modo en el que las tiendas de barrio hacen hoy, permaneciendo en el negocio.

¿Qué sucedió en el ínterin? Disturbios por motivos raciales, empezando en los años sesenta. Muchas de las tiendas que fueron saqueadas o quemadas en aquellos disturbios nunca volvieron a abrir. Tampoco había mucha gente dispuesta a venir de fuera a reemplazarlas. Tampoco los residentes locales lo estaban.

La gente que no tiene la eficacia ni la cortesía para competir con otras tiendas de los vecindarios de clase media puede sobrevivir gestionando tiendas de barrio a causa de la falta de competición.

Muchos "líderes" y "portavoces" negros que calificaron de forma romántica aquellos disturbios de barrio como "levantamientos" contra la opresión están mostrando ahora su ignorancia tanto de la historia como de la economía. Los residentes de esos barrios que no tuvieron nada que ver con aquellos disturbios están pagando aún el precio.

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