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EDITORIAL

Palabrería

Zapatero promete una "convivencia amable, tolerante", con todos menos con "los violentos", pero lo cierto es que él y su partido negociaron con ETA y firmaron el pacto del Tinell, que excluía al PP.

Zapatero ha decidido lanzar una serie de compromisos personales que asegura va a cumplir en caso de volver a ganar el 9 de marzo. Palabrería hueca, en tanto que la mayor parte de ellos los ha incumplido consciente y repetidamente durante esta primera legislatura. Así, asegura que defenderá la libertad, "se tenga la creencia religiosa o ideológica que se tenga", como ha quedado de manifiesto tras las invectivas a los obispos tras su celebración de la familia. Promete una "convivencia amable, tolerante", con todos menos con "los violentos", pero lo cierto es que él y su partido negociaron con ETA y firmaron el pacto del Tinell, que excluía al PP.

Dice querer favorecer la igualdad entre hombres y mujeres "para que el talento sea el único requisito de cada español a la hora de llegar a lo más alto", pero ha aprobado una ley que obligará a evaluar si se es del sexo apropiado para ser apto para determinados destinos. Es más, el propulsor del Estatuto, el que lo hizo posible, dice ahora que garantizará "la igualdad de los españoles, vivan en el territorio que vivan".

Desgraciadamente, hay promesas que sí va a cumplir. Entre ellas la de promover las energías renovables –que al nivel actual de desarrollo cuestan un ojo de la cara para producir una parte muy pequeña de nuestras necesidades, especialmente en los momentos de mayor consumo– y cerrar las centrales nucleares, única alternativa real y eficaz a la quema de combustibles fósiles. O la de subordinar nuestra política exterior a la corrupta ONU. Tan sólo cabe esperar que no tenga la oportunidad ni de incumplir unas ni de cumplir otras porque los españoles le den la espalda el 9 de marzo.

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