Los protocolos de prevención y actuación de La Mezquita-Catedral de Córdoba han sido examinados de la peor manera posible que cabría para un monumento histórico: un incendio que podría haber acabado en desgracia absoluta como pasó hace unos años en la parisina Catedral de Notre-Dame. Un examen que ha servido para conocer la "eficacia" de los protocolos del monumento cordobés, declarado Patrimonio de la Humanidad.
De hecho, según ha desvelado el portavoz del Cabildo Catedralicio José Juan Jiménez en declaraciones a Libertad Digital, el primer camión de bomberos que llegó a la Mezquita-Catedral lo hizo menos de seis minutos después de que saltasen las alarmas del incendio. Una actuación "récord" que superó las expectativas y los números anteriormente conocidos en los simulacros y que permitió frenar la rápida propagación del fuego y que este finalmente se extinguiera en menos de tres horas.
En concreto, el Cabildo cuenta con dos planes cuya aplicación ha sido necesaria tras declararse el incendio en la capilla número 37, usada para el almacenaje de los materiales de limpieza: el plan de Autoprotección y el de Salvaguarda. El primero es el que recoge la actuación paso a paso tras darse la voz de alarma y el segundo el que está centrado en poner a salvo por orden de importancia el patrimonio de La Mezquita, cuya construcción musulmana —que se hizo sobre un complejo episcopal cristiano— se remonta al siglo XVIII d.c.
En el plan de autoprotección se encuentran coordinados tanto el personal de la también llamada Catedral de Nuestra Señora de la Asunción como el de bomberos, Protección Civil, Policía Nacional y Policía Local; lo que hizo que todo el personal de emergencias se dirigiese rápidamente hacia la zona afectada para cumplir su función. Cuando el personal se encuentra desplegado es el momento de llevar a cabo el de salvaguarda que, mientras los bomberos acotan y extinguen el fuego, delimita qué es lo que hay que poner a salvo cuanto antes.
Protocolos actualizados
"Estos planes están en permanente actualización porque cada vez que se hacen simulacros, que por lo menos hacemos uno o dos al año, se puede ir detectando algún tipo de deficiencia y se van corrigiendo", ha explicado el portavoz del Cabildo a este diario. Unos simulacros a los que se unen las jornadas de formación que todos los años se realizan en el monumento para el nuevo personal de emergencias, en los que se les da una explicación pormenorizada de la actuación a llevar a cabo.
Gracias a estas jornadas y simulacros, el personal que ha trabajado en la extinción del incendio sabía, según ha relatado Jiménez, exactamente dónde debía estar y qué debía hacer; lo que ayudó a que el incendio, declarado a las 21:15 horas pudiese calificarse de extinguido oficialmente a las 00:30 horas.
En este sentido, el portavoz del Cabildo ha destacado la labor preventiva que la organización eclesiástica realiza constantemente, que es lo que ha permitido la rápida actuación y que no se haya provocado un incendio a gran escala que hubiese afectado a la estructura central del monumento, cuya arquitectura sectorizada dificulta la propagación del fuego. Es decir, el hecho de que sean capillas independientes que además tienen bóvedas de piedra bajo la madera limitó que el incendio se expandiese.
Un nuevo sistema de un millón de euros
Asimismo, el representante eclesiástico ha explicado a LD que el Cabildo ya había aprobado anteriormente la implementación de un sistema de nebulización —un sistema que pulveriza gotas de agua desde el techo— similar al que ahora se ha instalado en la reformada Catedral de Notre-Dame. Este ya fue contratado con una empresa que tiene previsto comenzar estas labores en octubre del presente año y será colocado en la zona del crucero de la Mezquita-Catedral, la cual tiene un acceso más complicado que la zona que se ha quemado; algo que se detectó el pasado año en uno de los simulacros. Tendrá, ha desvelado Jiménez, un coste de más de un millón de euros para el Cabildo.
Al ser preguntado sobre la reparación de la zona afectada, el portavoz de la organización eclesiástica que gestiona el monumento ha explicado que, aunque agradecen desde el Cabildo todos los ofrecimientos que han realizado tanto instituciones públicas como privadas, será esta la que financie la rehabilitación del monumento ya que cuenta con un fondo de contingencia preparado para emergencias como esta. Este fondo reserva una cantidad económica destinada a la reparación de desperfectos que puedan ser provocados por una catástrofe como un incendio o un terremoto; así como sirvió para mantener a todo el personal y los cuidados al monumento durante el confinamiento provocado por la pandemia.