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Carlos Pérez Gimeno

Ortega Cano cae en picado

Su aspecto no puede ser peor, se le ve cada día mas desmejorado, bajo de ánimo, y a día de hoy, es imposible que abandone la silla de ruedas.

Desde que la fiscalía ha pedido cuatro años de cárcel por el accidente de coche ocurrido el pasado mes de mayo, en el que perdió la vida Carlos Parra, el diestro no levanta cabeza.

Apenas sale de su finca, y cuando lo hace, es para acudir a revisiones médicas. Desde que ocurrió aquel infortunio, el torero ha tenido que someterse a diversas operaciones quirúrgicas, y su recuperación está siendo muy lenta, tanto física como psíquica.

Su aspecto no puede ser peor, se le ve cada día mas desmejorado, bajo de ánimo, y a día de hoy, es imposible que abandone la silla de ruedas.

Su familia continúa de forma permanente pendiente de José, pero su deterioro físico empeora por días, y la preocupación de los que le rodean crece.

A pesar de la buena relación que siempre ha mantenido con los medios de comunicación, se niega a hacer cualquier tipo de comentario en torno a cómo se encuentra. José carece de energía para hacer nada, y da la sensación de que el tiempo, en vez de correr a su favor, va en su contra.

Ortega siempre ha mantenido que está dispuesto a afrontar todo lo que dicte la justicia, y confía plenamente en sus abogados de cara al juicio que tiene pendiente, y que se celebrará a principios del próximo año.

Las aseguradoras del vehículo del torero ya han indemnizado a la familia Parra, con las cantidades marcadas por la ley, pero eso no es todo.

Mucho camino le queda aún por recorrer al maestro, y no va a ser tarea fácil. Va a necesitar mucha fuerza y apoyo por los que le rodean.

El año que termina, con toda seguridad, será uno de los peores de su vida, y ahí no termina todo, porque el que comienza no dejará de ser duro por todo lo que le espera.

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