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Rosa Belmonte

Españolizando con Penélope

Penélope es vulgar, pero tiene algo especial. Pasa a tu lado Mónica Cruz y al rato Penélope, y te das cuenta de que ésta es otra cosa.

Penélope es vulgar, pero tiene algo especial. Pasa a tu lado Mónica Cruz y al rato Penélope, y te das cuenta de que ésta es otra cosa.

Penélope Cruz es vulgar. De la misma manera en que lo era Sofía Loren con 20 o 30 años. De la misma manera, claro, en que nunca lo ha sido Silvana Mangano, ni metida en el arrozal. La vulgaridad no resta atractivo, es un adorno. Y es verdad que Penélope Cruz tiene algo. No tengo muy claro qué, pero si se le hace "La Prueba del Algodón Mo" se distingue ese algo. Aunque sea tan imperceptible como el rayo verde de la película de Rohmer. Pasa Mónica Cruz a tu lado y al rato pasa Penélope Cruz y te das cuenta de que ésta es otra cosa. Podrá hacer Mo de doble de Pe en las películas de piratas pero tienen poco que ver. Que Loewe haya contratado a nuestra actriz más conocida fuera no es más que un previsible matrimonio de conveniencia. Sobre todo si Loewe quiere significarse como una casa de raíces españolas. Al menos sigue teniendo el "Madrid" en la marca, además del año de la fundación (1846). Y Stuart Vevers, el director creativo, se vino a vivir a España en cuanto lo ficharon de Mulberry (otra cosa es que aprendiera el idioma).

Con el gran fichaje de la de "la petite fille d’Alcobendas" como imagen de Loewe se está recordando mucho, por contraste, el ridículo anuncio de los bolsos en la cabeza, el anuncio de las sobrinas de, de los hijos de, de los pijos de. Un borrón en una casa de imagen inmaculada. A saber qué habría dicho de ese mamarrachismo cool doña Concha Piquer, cliente inveterada de la tienda de la Gran Vía. Pero hace poco también hemos visto como imagen de la firma a una canosa y estupenda Ángela Molina en cueros (habrá que ver cómo soluciona Penélope su pertenencia a PETA con las pieles de Loewe). Siguiendo con los estandartes de la marca, hace más de cuatro años lo fue la gran y ya madurita Stephanie Seymour. La supermodelo de los 90 podría haber dado lecciones a Kate Moss. Ella fue mala y tuvo novios inadecuados (Axl Rose, de Guns N’Roses) antes que nadie. Pero en Loewe estaba regia. Con fusta. Como Maribel Verdú en Blancanieves.

Stuart Vevers, que no conoce a Penélope Cruz, dice de ella que es una mujer fuerte y sensual. "Su belleza ha sido una fuente de inspiración para mí. Es una referencia constante de la mujer ideal española". Esa mujer española también es imagen de l’Oréal, como lo ha sido de Trésor. Y de Mango y de Nintendo y de Agent Provocateur. Stuart Vevers por lo menos tiene gustos homologados (o acepta los gustos homologados). Nada de extravagancias ni ‘perroflautismo’. Había que ver la época en que el director creativo de Loewe era José Enrique Oña Selfa, que estaba obsesionado con la cantante Bebe, a la que invitaba a los desfiles de París para pasmo de muchos. Eso sí, nunca fue imagen de Loewe, solo invitada especial. A su lado, Penélope Cruz es Eleanor Parker. En enero, Penélope  empezará a ser la nueva embajadora de Loewe. Empezará posando con los modelos de la colección primavera-verano 2013 para Mert Alas y Marcus Piggott (Mert and Marcus). El contrato es por tres años. ¿Qué otra opción tenía Loewe para españolizar? ¿Paz Vega y su pelo mediterráneo?

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