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Los percances veraniegos de Soraya y Cospedal

Las dos mujeres más poderosas del PP han sufrido sendos percances en el periodo estival. Una en la playa y otra en la montaña.

Las dos mujeres más poderosas del PP han sufrido sendos percances en el periodo estival. Una en la playa y otra en la montaña.

Los ministros hicieron sus últimas escapadas de verano cumpliendo con la máxima de su colega de gabinete José Manuel Soria: "Viajar por España". Así, la mayoría optaron por lugares estivales nacionales mientras que los más atrevidos pudieron marcharse a Portugal. Precisamente, parece ser que fue en el país vecino donde pasó sus días de descanso Soraya Sáenz de Santamaría. Al menos, eso es lo que se cuenta en los círculos políticos, pese al secretismo con el que se llevó el asunto.

Soraya, madre recientemente de un niño, pecó de primeriza cuando disfrutaba tomando el sol con su familia y se preocupó tanto de echarle crema al ‘peque’ que cuando se quiso dar cuenta era ella quien se había quemado la cara. De hecho, en sus últimas comparecencias aún se le veía la huella, ya que llevaba gafas de sol en el momento de la exposición solar. "Como si hubiera ido a esquiar", bromeó recientemente la vice.

El suceso de María Dolores de Cospedal ocurrió, sin embargo, en horas de trabajo,  concretamente en calidad de presidenta de Castilla-La Mancha. Al desplazarse a uno de los incendios de este verano tropezó con una piedra y se hizo un esguince, pero hizo como si nada. "Trabajo y más trabajo". Así, sin prestarle la debida atención, en la rueda de prensa del Comité Ejecutivo del PP de este lunes se la vio todavía con muletas porque aún no debe apoyar el pie.

Por otra parte, también se sabe que Alberto Ruiz-Gallardón disfrutó como cada año en Nerja (Málaga) de unos días de descanso, en esta ocasión muy pendiente de su hijo José, ya recuperado del atraco en Brasil en el que falleció un amigo. De hecho, tras pasar unos días familiares, ha decidido regresar a Sao Paulo y volver al trabajo en un intento de recuperar la normalidad perdida. Su abuelo, José Utrera Molina, declaró este verano que el joven "está tranquilo" porque "es un hombre muy entero", si bien le estaba costando dormir.

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