La protagonista de Orgullo y prejuicio, a punto de estrenar una nueva versión de Anna Karenina, ha abordado sin tapujos los prejuicios sobre su cuerpo, asegurando que las informaciones que señalaban que era anoréxica "siempre tienen un impacto", ya que siempre se acababa preguntando si "tenían razón".
No obstante, la actriz siempre ha sabido que no estaba enferma, pero el constante escrutinio de la prensa acaba consiguiendo que reflexione sobre si su cuerpo "no está bien de alguna manera", aspectos que extiende a la forma de su cara o a su manera de hablar.
Knightley, de 27 años, dice también que cuando se tienen que sufrir tantas críticas, tiendes a "ocultar todo". No obstante, Knightley debe tener las críticas totalmente superadas, a tenor de la fotografía de Allure.
Vestida únicamente con un abrigo de Chanel y unos pantalones de esmoquin de Tom Ford, la actriz nominada al Oscar dice que no le importa mostrar sus pechos porque "son pequeños y no interesan", pero en contrapartida es muy rigurosa a la hora de hacer lo mismo con su trasero.