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La guerra sucia de Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera

Los testigos confirman que en la sala los litigantes dejaron a un lado el juego limpio y relataron oscuros episodios habidos en su vida en común.

Los testigos confirman que en la sala los litigantes dejaron a un lado el juego limpio y relataron oscuros episodios habidos en su vida en común.
Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera | Archivo

Eugenia Martínez de Irujo lanzó durísimas acusaciones a su expareja, Fran Rivera, en el juicio por la custodia de Cayetana, hija de ambos. Según informa la revista Sálvame, los testigos del tenso encuentro de la expareja confirman que en la sala los litigantes dejaron a un lado el juego limpio y relataron oscuros episodios habidos en su vida en común.

Los letrados consiguieron llevar al límite a Francisco y Eugenia, provocando situaciones de máxima tensión en las que ambos "se han dicho barbaridades y utilizado todo tipo de argucias". Mientras la hija de la duquesa de Alba ha centrado su defensa en la inestabilidad sentimental del extorero, Francisco ha tratado de demostrar la inestabilidad emocional y psicológica de su exmujer.

El exdiestro ha mostrado un dossier de prensa que refleja no solo los romances de Eugenia, sino sus múltiples viajes para demostrar que, durante largos periodos, la niña quedaba al cuidado del servicio y, en otras ocasiones, cuando a ella le convenía, no ponía inconveniente a que se quedara bajo la custodia de Francisco. Durante la vista, el hijo de Carmina Ordóñez argumentó que su solicitud de cambio de custodia viene motivada por el deseo de su hija de trasladarse a vivir con él a Sevilla, algo que, según él, la niña habría manifestado en varias ocasiones a su madre sin que esta atendiera sus súplicas.

Por su parte, su exmujer mantiene que la mano que quien dirige esta cuestión es la nueva pareja sentimental de Francisco, Lourdes Montes, a quien acusa de inducir y asesorar legalmente a su exmarido para conseguir la custodia. Según la duquesa de Montoro, los mails que Fran le envió para advertirle de que, si no llegaban a un acuerdo, reclamaría legalmente la custodia de Cayetana, llevaban la firma de Lourdes.

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