Cicciolina, alias de la actriz Iona Staller, es uno de los iconos del cine porno de todos los tiempos, y ahora vuelve a la carga. Con motivo de su regreso al género que la hizo famosa, la revista Vanity Fair ha entrevistado a la musa italiana, ahora mismo preparando un título de culto para los fans del cine erótico.
La exdiputada y esposa del artista Jeff Koons, de 64 años, lo tiene muy claro. "Soy un icono pop valiente del que todavía se habla. Pasaré a la historia como alguien único", explica a la revista. "Soy la primera Lady Gaga, un icono comercial al otro lado del océano".
Cicciolina, húngara de nacimiento, comenzó como modelo infantil y limpiadora en un hotel de Budapest. Allí la "captaron" para espiar a políticos y hombres de negocios en el final de la Guerra Fría. "Debía ir a sus habitaciones, hacerles hablar y fotografiar los documentos que encontraba en su equipaje", explica a la revista. Desde ahí y tras el fallido matrimonio con Salvatore Mercuri, dio el salto a Italia y al cine erótico que la convirtió en una celebridad.
En el año 1987, Cicciolina acudió como invitada estelar al programa de Ángel Casas. "Se empeñó en salir al plató con un tanga tan sucinto que entre la estilista y yo tuvimos que disuadirla", cuenta el propio presentador sobre su aparición en TV3. Fue al inicio de su etapa política, que se desarrolló hasta 1992: "Desde mi llegada a Italia hablaba de temas actuales como la libertad sexual o la educación, o contra el uso indiscriminado de los animales para experimentos científicos y los peligros del sida".
Con el artista Jeff Koons tuvo un hijo, Ludwig, "un chico muy inteligente que no ha necesitado ninguna explicación sobre mi pasado de actriz hardcore". Hoy, Cicciolina reside en Roma y se dedica a la pintura. Su pensión, 3.000 euros al mes por diputada jubilada, no le ha impedido idear su regreso al cine erótico: "No será un regreso, sino el regalo más grande a mis fans".