Ricky Martin cumplió cuarenta y nueve años este veinticuatro de diciembre. El cantante puertorriqueño es un ídolo en los países de habla hispana y ha conquistado asimismo públicos anglosajones, empezando por los de Estados Unidos, al ser bilingüe, amén de que conozca otros idiomas. Su atractivo le ha merecido ser amado en la distancia por millones de jovencitas. Un tiempo existió en el que no hubo discusión al denominarlo "el rey del pop latino". Nadie podía sospechar hasta que lo hizo saber en 2008 que era "gay". Ello no le había impedido tener largas relaciones con hermosas mujeres, algunas de renombre. Y hoy, tras las muchas dudas que le mortificaron de adolescente y en su primera juventud está completamente seguro de su condición sexual y es un felicísimo padre de cuatro criaturas, nacidas por vientres alquilados, horrible expresión para nosotros, aunque apenas hay otras que la puedan sustituir con precisión.
La irrupción musical de Enrique Martín Morales (Ricky como cantante y Kiki para su entorno familiar) se produjo en la década de los 80, siendo apenas un niño, con el grupo Menudo en el que halló el trampolín para convertirse ya en 1991 en solista. En esa etapa con Menudo, que abarcó su adolescencia, Ricky confesaba que "no sabía nada de lo que era el sexo". En 1989 dejó aquel grupo, que tuvo una dimensión internacional, como se recuerda en España.
Sobre sus primeros amores, hubo de todo, aunque fueron del sexo femenino. Apareció en las revistas del corazón emparejado con la tenista argentina Gabriela Sabatini, una rompecorazones si recordamos sus romances. Con Ricky estuvieron cinco meses amartelados, pero las profesiones de ambos los fueron distanciando. Nada más dejar a la colega de Nadal, tuvo un idilio con la cantante Alejandra Guzmán, que no duró mucho. Alejandra tenía un carácter muy fuerte, como comprobamos personalmente durante una comida que compartimos, en tanto Ricky siempre ha sido un hombre dulce y tranquilo. En el país azteca, donde inició su despegue por toda Hispanoamérica, no le faltaron hembras que suspiraban por los encantos del puertorriqueño quiem, como él decía, se convirtió "en el más macho de los machos", al "colarse" por una bellísima presentadora de televisión, Rebecca de Alba. Para él, "la mujer perfecta". Con ella compartió impetuosas noches de pasión entre 1994 y 2005. Once años nada menos. Tiempo más que suficiente para convencerse de que era un seductor, que le gustaba el sexo opuesto. Dicen que engañó a Rebecca unos meses con la actriz Sasha Sokol, coprotagonista con él de una comedia romántica, Alcanzar una estrella, título que a él le sirvió para lanzar un álbum también. Otra conocida cantante, Alessandra Ambrosio fue otro de esos cortos riomances del guapo puertorriqueño.
Se menciona que en ese periodo de vida en común con Rebecca ella tuvo un aborto. Tras el cuál, Ricky la dejó. Mucho tiempo más tarde decía esto: "Podía haber sido el amor de mi vida, pero yo no estaba listo para continuar a su lado, era muy inmaduro". Tanto que tampoco encontraba la dicha que anhelaba. No había aclarado del todo cuál era su condición sexual, porque en esos años con Rebeca la engañó con algunos chicos que encontraba en discotecas; amores promiscuos, relaciones homosexuales con jóvenes que tampoco dejaban en él huella alguna. Lo que sí parecía es su tendencia hacia los hombres lo que, sin desdeñar de vez en cuando otras mujeres que se le acercaban lo convertían claramente en un ser bisexual.
Pasaron meses, algunos años hasta que, ya triunfador tanto en español como cantando en inglés, con dos éxitos mundiales, "María" y "Livin´la vida loca", un estilo inconfundible como cantante y bailarín, moviendo la pelvis casi casi como antaño hiciera Elvis Presley, Ricky Martín optó por ser lo más sincero consigo mismo y con su público, mostrándose ante los periodistas junto a su novio, un empresario llamado Carlos González. Transcurría el año 2008. Fue cuando además quiso ser padre y por el procedimiento de un vientre de alquiler, previamente asesorado por su abogado, tendría a los gemelos Valentino y Matteo (así, con doble t). Carlos fue su pareja ideal durante seis años, tiempo más que suficiente para que Ricky ya no volviera a encamarse con ninguna mujer. Y eso sucedía cuando miles y miles de féminas lo tenían idolatrado. Es algo que ocurre a menudo entre los cantantes guapos como Ricky, no en balde, el productor Tommy Mottola, que estuvo casado con Mariah Carey, le había impuesto tiempo atrás a Ricky un contrato por el que, mientras durara, se comprometía a estar soltero y no tener hijos. Cláusula vergonzante, contra natura, pero una manera en el negocio musical de mantener viva la imagen de un ídolo con muchísimas admiradoras detrás, cada una de las cuáles lo quiere para sí, egoísta e ingenuamente.
Si bien Ricky ya se había convencido de que eran los varones quienes le proporcionaban el equilibrio sentimental que buscaba, le seguía dando vueltas a la cabeza, torturado aún por por no haber encontrado del todo "al hombre de su vida". Sus dos hijos colmaban ese vacío que en ocasiones sentía entre su mente y su corazón. Los éxitos musicales, prosiguieron. Ganaba millones. Ciertamente estaba agotado por tantos viajes de giras, presentaciones, compromisos artísticos. Y en Instagram halló un día la solución mientras mantenía contactos por ese medio. De puro azar puede tildarse la correspondencia que de pronto surgió con un desconocido pintor; intercambiaron durante varios meses de cruzados mensajes, pensamientos, comentarios hasta que Ricky pareció asegurarse que con esa persona encontraba paz, ilusiones, cosas que les unía de carácter cultural y, más que nada, afectivos. Fijaron una cita para conocerse: en Londres, donde el pintor residía. Nervioso, intranquilo aunque con esperanzas, Ricky Martin se desplazó hasta la City. Llevaba en la memoria muchos mensajes cursados entre ambos. "Se me cortó la respiración cuando lo ví". Cupido al encuentro. Flechazo. Y meses más tarde, en 2028, se casaban civilmente.
El pintor se llama Jwan Josef y es sueco. El amor que con tanto ahínco perseguía Ricky. De común acuerdo, recurrieron otra vez al mismo procedimiento anterior del cantante con su anterior compañero. Primero nació Lucía, que ha cumplido dos años; luego vino al mundo Renn. Los apellidos de los anteriores, los gemelos Valentino y Matteo, son Martin, como Ricky; los de los más pequeños, Martin Yosef. De los cuatro, Matteo, que ha cumplido doce años, Ricky se siente muy orgulloso, pues lo ha presentado en un "show" televisivo como una futura promesa del baile, de momento y puede que de la canción en adelante. Con esos cuatro retoños, en el pasado mes de julio, Ricky Martin se fotografiaba por primera vez, proporcionando las imágenes a la curiosidad pública. Viven en Beverly Hills y estaban muy contentos, aunque aislados por la pandemia, en celebrar estas fiestas navideñas, coincidentes con el cuadragésimo noveno aniversario del popularísimo cantante.