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Carlos Latre conquistó a su mujer cuando ella iba a casarse con otro

Carlos Latre, imitador de más de 400 personajes, ha pasado no pocos momentos complicados en su vida.

Carlos Latre, imitador de más de 400 personajes, ha pasado no pocos momentos complicados en su vida.
Carlos Latre y Yolanda Marcos. | Gtres

Suceden historias pintorescas que, cuando le ocurren a un humorista dan la impresión de que pertenecen a su repertorio de chanzas. Cuanto relatamos pertenece a la vida real de Carlos Latre, considerado como el imitador más brillante de los últimos tiempos. Ha superado momentos muy difíciles cuando, arruinado, "se quedó con lo puesto". Separado de su esposa, se dieron una segunda oportunidad. Pero lo más chusco que protagonizaron fueron las circunstancias en las que se conocieron y enamoraron: Yolanda Marcos dejó a un novio con quien iba a casarse y se fue con Carlos. Se daba la circunstancia de que ella era su jefe cuando trabajaban en un programa radiofónico. Todo como en un vodevil teatral, o de alguna comedia cinematográfica de Cary Grant.

Carlos Latre es natural de Reus (Tarragona) donde nació hace justo cuarenta y dos años, cumplidos el pasado 30 de enero. No pasó de sus estudios de COU. En casos como el suyo la facilidad para imitar a los profesores lo empujó a desarrollar esas habilidades en varias emisoras de su tierra catalana. Yolanda Marcos, por su parte, periodista, era jefa de informativos en Radio España.

Yolanda estaba a punto de casarse. De acuerdo con su prometido se encargó de buscar su nidito de amor. Terció Carlos Latre cerca de ella. Y como ya se conocían (él siendo su subordinado) no fue raro, al principio, de que salieran juntos. El novio de Yolanda debió olerse algo. Pero en ese intermedio, nuestra colega le participó de que ya no era su chico, que se olvidara de los anillos de boda, y del piso que iban a comprar… Sencillamente porque se cruzó en su camino un robusto Carlos Latre, que con su gran sentido del humor y sus dotes seductoras le conquistó en muy poco tiempo. Y contrajeron matrimonio en una parroquia barcelonesa del elegante barrio de Pedralbes, en junio de 2004. Tuvieron una niña, Candela.

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La boda de Carlos y Yolanda | Gtres

Por aquellos días, Carlos Latre gozaba de la notoriedad que le supuso colaborar en eso que se llamaba en el argot un "late show night", un programa de medianoche, Crónicas marcianas, donde el riusense dio pruebas suficientes de su potencial como imitador de la Duquesa de Alba y otros personajes de la vida social española. Ganó mucho dinero durante el periodo comprendido entre 2002 y 2005. Y de acuerdo con su flamante esposa, con quien fundó su propia productora, Ertal, se embarcó por su cuenta y riesgo en poner en pie una serie, El mundo de Chema, donde incorporó a medio centenar de personajes a través de su voz y cuantos disfraces precisaba para hacer creíble su trabajo, amén de las características de cada uno en los "sketches" que figuraban en el programa. Poco duró en la parrilla de Telecinco y después en otro de la cadena Cuatro. Cuanto había ahorrado durante su paso por Crónicas marcianas, se fue al garete: miles de euros. "Me quedé pelado como una rata".

Carlos y Yolanda, que había ejercido de representante y agente de prensa de su marido, vivía en Barcelona, en tanto él, en Madrid. Esa distancia sentimental fue una de las causas por las que en 2015 acordaron separarse. Sin embargo, Yolanda continuó trabajando en la productora de la pareja. Y en tanto el gran imitador perdía peso, pues había engordado lo suyo, fue poco a poco recuperándose de su batacazo económico. Trabajó denodadamente en cuanto pudo encontrar: programas de radio y televisión, colaboraciones en películas, como Torrente 3, y hasta en doblajes de varias películas infantiles, como El libro de la selva 2. Bien con su presencia física o únicamente con su prodigiosa voz, Carlos Latre no defraudó en ninguno de esos cometidos, hasta tiempos más recientes reafirmaba su talento en programas como "Tu cara me suena".

Carlos y Yolanda, a pesar de su separación matrimonial, seguían en contacto, siquiera telefónico. Y un día, él no pudo más, confesándole que su vida no tenía sentido si no volvía a compartirla a su lado. Dicho y hecho. Como en los mejores culebrones, con alguna lagrimita de por medio, los dos se fundieron en un largo abrazo, acordando reanudar su convivencia. Y hasta hoy. Cuando ya Carlos Latre ha puesto en orden sus cuentas bancarias y puede presumir de sus inversiones en Barcelona, Tarragona y Benicasim.

Más de cuatrocientos personajes son los que ha llegado a imitar. En las últimas semanas, como colaborador de uno de los espacios televisivos de mayor audiencia, El hormiguero, en Antena 3, ha incorporado a esa lista a algunos políticos del momento, no precisamente dignos de la admiración popular, mas desde luego acreedores a la inquina, casos de Salvador Illa, el inefable Fernando Simón y su colección de rebecas y jerseys de cremallera, María Jesús Montero (ministra a la que no le hizo gracia la imitación), y desde luego Pedro Sánchez, al que ya es difícil endosarle más adjetivos similares a los que viene haciéndose acreedor.

Carlos Latre ha emprendido desde este 3 de febrero hasta el 28 del mismo mes una serie de actuaciones personales en Madrid, con el espectáculo One Man Show, frase muy utilizada en los espectáculos norteamericanos, dicho sea de paso. Al tiempo que ha anunciado la puesta en marcha de "Mi primer taller de mi imitación y entretenimiento", a través del cual impartirá clases con los secretos de su arte para aquellos interesados el aprender lo fundamental de su profesión. Latre es, sin discusión, un artista en lo suyo que nunca defrauda, y no me refiero a Hacienda.

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