La malagueña María Teresa Campos ha comenzado a vaciar su mansión de Molino de la Hoz y en los próximos días se instalará en un ático de alquiler muy cerca de la casa de su hija Terelu.
Fue el pasado septiembre cuando conocimos la gran noticia. Después de años de desvelos y de bajar considerablemente el precio en varias ocasiones, María Teresa Campos había vendido por fin su impresionante mansión por 2,4 millones de euros. La veterana presentadora cumplía así su mayor deseo, que no era otro que el de sanear su maltrecha economía a la vez que se libraba de las elevadas cargas mensuales de hasta 10.000 euros que suponía el mantenimiento de su residencia, demasiado grande para ella sola.
Una noticia que poco después confirmaba la propia Teresa, anunciando que se iba a vivir de alquiler muy cerquita de Terelu, en la madrileña localidad de Aravaca, pero que se iba a tomar las cosas con calma porque tenía demasiadas pertenencias que trasladar y tenía que medir bien a ver con qué muebles se podía quedar en esta nueva e ilusionante etapa de su vida.
Y ahora, por fin, y una vez que ha encontrado el piso de sus sueños —un bonito ático de alquiler por 2.400 euros mensuales en una exclusiva urbanización con piscina, zonas ajardinadas y seguridad privada muy cerca de la casa de su hija— María Teresa ha empezado a vaciar su mansión y ha iniciado una mudanza que se prevé interminable por la cantidad de muebles y enseres que tiene la malagueña en el que ha sido su hogar en las últimas décadas.
Así, hemos sido testigos de cómo varios camiones de una empresa especializada en mudanzas llegaban a la casa de Molino de la Hoz, llevándose varios objetos de la presentadora perfectamente embalados bajo la supervisión de Gustavo Guillermo, que una vez más ha demostrado que Teresa puede contar con él para lo que necesite.
Tanto es así que parte de los enseres de la presentadora han acabado en la casa de su chófer y fiel asistente, situada en la madrileña localidad de Paracuellos del Jarama. Allí se le ha visto descargar mobiliario de terraza, que se quedará en el domicilio de Gustavo hasta que María Teresa decida qué hacer con ello.
