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El año y medio de relaciones de Mario Conde con la marquesa de Casa Mendaro

¿Se casarán o solo vivirán juntos? En todo caso, Mario Conde lleva ya año y medio de relación con la marquesa.

¿Se casarán o solo vivirán juntos? En todo caso, Mario Conde lleva ya año y medio de relación con la marquesa.
Mario Conde y la marquesa | Gtres

La vida de Mario Conde reúne los ingredientes más excitantes para que fuera llevada a la televisión en una larga serie de capítulos, lo que ya han intentado algunos guionistas. Tendría que contarse con la propia intervención del personaje, siempre que relatara toda la verdad. Según su punto de vista, naturalmente. Los negocios, el intento de asalto al poder, la cárcel, sus amores… Un cóctel explosivo de quien, como el Tenorio de Zorrilla bajó a los infiernos y se sirvió de la fama y fortuna. Mas supo cumplir la pena impuesta, trató de resurgir de las cenizas y ahí lo tienen, aunque más discreto, con apariciones escasas, empeñado en salir adelante con algunos negocios, pugnando por recuperar algunos millones que piensa le debe el Estado, la Hacienda pública con el argumento de que le despojaron injustamente de parte de su patrimonio, y sin prisas para satisfacer la deuda que le reclama el Fisco y la Seguridad Social. Mario Conde no se olvide que lleva algunos años en la lista de morosos de la Agencia Tributaria, que le reclama ocho millones y trescientos mil euros, por un lado, y por otro referido a una deuda de una de sus empresas por valor de cuatro millones doscientos mil euros.

Su novia actual, con quien lleva año y medio de relaciones, le atenúa no pocas preocupaciones y amarguras que, aunque oculte, forman parte de su vida desde que dejó de ser aquel multimillonario, admirado doctor Honoris Causa por tantos estudiantes de Derecho, que se pavoneaba de ser íntimo amigo del Rey Juan Carlos y recogía las últimas confidencias del Conde de Barcelona en su lecho de muerte de la Clínica Universitaria de Navarra. Dando por sentado que su biografía ha sido harto repetida, dejemos su pasado carcelario y su fracaso como fundador de un efímero, fracasado partido político.

Su afán de triunfar en los negocios y en la política fue muy desigual. No se conformó con la mitad de aquellos 58.000 millones de pesetas que se repartió con su socio Juan Abelló tras deshacerse de la empresa Antibióticos S.A. Y tampoco supo gestionar Banesto, a juzgar por su posterior condena, cuando alcanzó la Presidencia y se convirtió en importante accionista. Y aquella ambición le costó ir a la cárcel, con treinta y nueve años, acusado de estafa y apropiación indebida. Porque entre medias de sus decisiones bursátiles pretendió sentarse en el Palacio de la Moncloa. Y Felipe González, no sabemos si alarmado o no, con la bendición de José María Aznar, cortaron de raíz aquellos sueños del abogado de Estado gallego. Quiso subir tan alto… que se estrelló.

Cuando se casó en 1973 con Lourdes Arroyo no era apenas conocido de los españoles, salvo en su círculo de compañeros de carrera y amigos. En verano se divertían en las playas de Vigo, como la de las Américas. Formaron una estupenda pareja. Lourdes, cuentan quienes la conocieron, era una mujer inteligente, amén de atractiva, bondadosa, sencilla. Fueron padres de dos hijos, Alejandra y Mario. Tenían una excelente posición económica y social. Habitaron un confortable chalé en la zona alta de la capital madrileña, calle Triana, de ochocientos metros cuadrados, dotada de grandes comodidades, por el que pasaron no pocos políticos, banqueros y periodistas cercanos al poder. Tuvo la prudencia Mario de firmar un régimen de separación de bienes con su esposa, previendo que algún día ello no podría en peligro el patrimonio para los suyos. Eso lo firmó ya un decenio después de estar casados, escriturando la vivienda a nombre de Lourdes Arroyo.

Cuando ésta falleció en 2007, pasó a ser propiedad de los hijos, quienes de acuerdo o no con su padre la pusieron en venta, por un valor cifrado en algo más de tres millones y medio de euros. Entre que no acudieron compradores y que ambos dudaban de desprenderse del lugar donde habían crecido, el palacete quedó sin venderse. Y hace poco tiempo ha sido adquirido por el consejero de CaixaBank Gonzalo Cortázar en una cantidad no hecha pública, especulándose que ha podido ser tres millones de euros. Los hijos de Mario Conde ya tienen su vida solucionada en tanto su progenitor, desde que fue excarcelado, residió entre esa casa madrileña, un castillo en la provincia de Orense y la finca "Los Carrizos", situada en el término sevillano de Castillblanco de los Arroyos. La familia Conde era asimismo propietaria de otra finca en Ciudad Real, "La Salceda", que en su día lo fue del torero Marcial Lalanda, y un chalé en Mallorca, donde el ex banquero solía veranear, propiedades que al parecer han vendido.

La desaparición en su vida de Lourdes Arroyo tras una dura lucha contra el cáncer que la atenazaba fue un terrible mazazo para Mario Conde. Entre ese fatal desenlace y su paso por la prisión de Alcalá-Meco su rostro evidenciaba no ya el lógico paso del tiempo sino la factura que aquel dolor y la desdicha se cebaron en él. Por mucho ánimo con el que se enfrentó a su destino cambió hasta de carácter. Ya no era aquel insolente que se sonreía seguro de sí en el despacho de un juez en las Salesas, como probaron unas imágenes para la televisión. Ni el banquero que seguido de unos guardaespaldas desfilaba por el pasillo de la iglesia del barrio de Neguri, donde se celebraban las exequias de su colega, el banquero Pedro de Toledo, como yo mismo aprecié desde la distancia en el templo, "haciéndose notar", como en otros eventos. Aún así, todavía Mario Conde trataba de dar consignas de ética moral y política las semanas en la que aparecía en un programa del canal de televisión Radio Economía, hoy El Toro. Más adelante, tras preocuparse por la salud de un nieto, fue detenido de nuevo en 2016 por presunto delito de blanqueo de capitales y alzamiento de bienes. Salió a la calle después de unos días tras los barrotes. Encontró la tranquilidad en adelante en su ya mentada finca de "Los Carrizos", centrando allí sus negocios de aceite y conservas.

Cansado por otra parte de la soledad que arrastraba se enamoró de una profesora de Derecho, María Pérez-Ugena Coromiras, con quien contrajo segundas nupcias en 2010. Seis años duró aquella unión, divorciándose amistosamente. Parece que los fuertes caracteres de ambos chocaron, aunque siempre sostenemos que es difícil saber por qué una pareja se separa. Tampoco pasar mucho tiempo, aunque a veces sólo fueran fines de semana, en aquel castillo orensano podía ser lugar apropiado para un matrimonio todavía relativamente joven. Después de 2016 no se le conocieron otras amistades femeninas al impetuoso y desde luego inteligente y culto ex banquero, pero en octubre de 2020 dio la campanada cuando unos reporteros lo sorprendieron junto a una atractiva y elegante dama sevillana, Adriana Torres Silva, marquesa de Casa Mendaro, perteneciente a una aristocrática familia. Sus abuelos, duques de Miranda, tenían una excelente relación no sólo con la Casa Real española sino con la belga. Algunas temporadas Balduino y Fabiola se ha dicho que disfrutaban unos días del palacio de Traibuenas, en Navarra, feudo de aquellos.

La nueva novia de Mario Conde es licenciada en Bellas Artes, pintora con un amplio currículo en exposiciones por diversas capitales españolas y en el extranjero. Está divorciada del empresario Felipe del Cuvillo, con quien tuvo tres hijos. Su vida transcurre entre Sevilla y su finca situada en Utrera. Ella y Mario se ven a menudo, de la forma más discreta posible Se les ha visto muy compenetrados. En el aire, para sus amigos, circula la pregunta de si se casaran pronto o bien deciden unirse sin papeles de por medio. A Mario siempre "se le han dado bien" las mujeres. Un seductor que sigue peinándose con raya al lado, aunque ya no usa gomina como ayer, en aquellos tiempos en los que era, a partes iguales, tan envidiado, admirado y hasta para algunos temido.

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