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Luis Mario Aparcero, al rescate de Rocío Carrasco: "Es una gran aliada"

El alcalde socialista de Chipiona aparece en el penúltimo capítulo de la docuserie En el nombre de Rocío.

El alcalde socialista de Chipiona aparece en el penúltimo capítulo de la docuserie En el nombre de Rocío.
Rocío Carrasco y Luis Mario Aparcero | Gtres

Se acerca el final de la docuserie En el nombre de Rocío protagonizada por Rocío Carrasco. Una temporada que ha acelerado su final en Mitele Plus ante el inminente comienzo de su emisión en abierto: a partir del próximo martes en Telecinco Sandra Barneda tomará el relevo de Carlota Corredera en una galas donde se debatirá sobre cada uno de los episodios. En el penúltimo capítulo de la serie, la hija de Rocío Jurado se centra en uno de los aspectos que más debate han generado durante los últimos años en los distintos platós de televisión: el museo dedicado a 'la más grande' en Chipiona.

Se trata de un proyecto que comenzó a plantearse con Rocío Jurado aún viva y que no consiguió abrirse hasta julio de este año. "Amador coge las riendas del proyecto sin que yo sepa nada. Habla con unos y con otros. Recuerdo estar en Houston y escuchar a amador hablar con Chipiona y gestionando el tema", asegura Rocío Carrasco, antes de enfrentarse a su familia también por este tema. "Amador me insistía mucho en firmar los primeros convenios que tiene con el ayuntamiento, y yo no lo veía nada claro. Luego me entero de que ahí iba a haber un parking subterráneo y se había hablado de que Amador lo gestionase", dice, sospechando de posibles tejemanejes de su tío con el consistorio.

Dispuesta a no dejar que sus tíos hiciesen realidad el sueño de su madre, Rocío Carrasco se negó una y otra vez a su apertura si su familia estaba involucrada: "Gloria y Amador acudían a las reuniones por cojones y no se enteraban de que ellos no son nadie para desarrollar esa función". Rocío detalla además, todos los cambios de gobierno y contratiempos que hubo para la apertura del espacio dedicado a su madre: "Manolo García, alcalde socialista, pide una subvención destinada a temas agrícolas. Ellos usan esta subvención para construir el museo y Europa les dice que ese dinero era para naves de uso agrario, no para un museo".

Aquí comienzan una serie de problemas para el ayuntamiento de Chipiona, que arrastran hasta nuestros días y que han supuesto un quebradero de cabeza para los siguientes alcaldes: "De cara a todo el mundo la culpable de que no se abriese seguía siendo yo. Hasta el 2014 no se aprueba en pleno que esas naves sean destinadas para cultura. El museo se convirtió en un arma arrojadiza para los políticos y yo no quería involucrar el nombre de mi madre es eso", dice Rocío.

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Las fiestas de Amador

En el año 2011, antes de salir a la luz los casos de corrupción del ayuntamiento, el museo está terminado y Rocío manda todas las pertenencias de su madre a Chipiona: "Pido a Amador que se levante un acta ante notario en el que aparezca todo lo que mando para el museo. Le pido ayuda a mi primo porque no me fio de amador. Y aún con notario, creo que algunas cosas me ha colado. Llegaron cajas abiertas y hay cosas que no encuentro".

Es entonces cuando Antonio Peña, alcalde del Partido Popular del año 2011 al 2016, llama a Rocío y le cuenta que ha llegado una denuncia de la Policía local al ayuntamiento donde informan que Amador organizaba fiestas dentro del museo: "Yo le digo: 'Haz lo que consideres que tienes que hacer'. El alcalde le dice que no vuelva. Ese es el motivo por el que Amador sale del museo. Yo no tuve nada que ver (…) Rosa me llama pidiéndome por favor que Amador esté en el museo y garantizarse así que su marido se quedase en Chipiona y no volviese a Madrid. Pero yo no soy niñera de nadie".

Aparcero, su aliado

Con la salida de Amador del museo, Rocío Carrasco pone al frente del mismo a su prima Rocío Jurado, que comparte nombre con su madre: "Lo hace de forma desinteresada, por su prima y por mí. Pierde horas de su vida y hace trabajo que no le pertenecía hacer". Además en el año 2011 llega al poder Luis Mario Aparcero, que ya había sido alcalde del municipio durante los años 1984-2000, y que aparece en el documental contando en qué punto se encontraba el museo cuando llega al ayuntamiento: "Me encuentro un edificio a medio terminar, con deficiencias. Seguimos pagado la deuda de aquella mala gestión. La responsabilidad habría que buscarla en los equipos anteriores".

Ante las amenazas de Rocío Carrasco de que el museo no se abriría de contar con Amador y Gloria Mohedano, Luis Mario Aparcero decide posicionarse de su lado: "Ella quería que lo que se ponga en nombre de su madre esté limpio y tenga dignidad. Hemos encontrado a una gran aliada en Rocío Carrasco". Ella concluye asegurando que no estaba dispuesta a vincular, "por presiones familiares o políticas" el nombre de su madre con nada que no estuviera "dentro de la legalidad".

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