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Patti Smith, una superviviente rockera rebelde a sus 75 años

Patti Smith, rockera de los 70, sobrevive y de qué manera: sigue actuando con éxito y ha salido a flote de diversas adicciones.

Patti Smith, rockera de los 70, sobrevive y de qué manera: sigue actuando con éxito y ha salido a flote de diversas adicciones.
Patti Smith | Cordon Press

De aquellas rockeras de la década de los 70 sobrevive todavía la norteamericana Patti Smith, en el doble sentido, artístico y vital: continúa actuando, ahora junto a su hijo Jackson y ha salido a flote después de probar adictivas sustancias, a merced de la droga y el alcohol, que la llevaron más de una vez a las puertas de la muerte. Este verano ha vuelto a España, donde ya tiempo atrás cantó sobre todo en Barcelona y Madrid, donde ha sido de nuevo muy bien acogida, y en Vitoria y Sevilla, ya con un auditorio de otra generación más joven, señal de que todavía su nombre siga interesando. En sus comienzos fue llamada reina, madrina del punk. Aquel movimiento no sólo musical, pues añadía una estética que los quinceañeros comenzaron a imitar siguiendo la presencia de, por ejemplo, los ingleses Sex Pistols y muchos más, que destacaban por sus crestas multicolores en los peinados y en su estrafalaria indumentaria.

El aspecto ahora de Patti Smith es casi el mismo de su época juvenil, sólo que, claro está, con las guedejas de sus largos cabellos descuidados y ya blanquecinos. Siempre con esa presencia física en los escenarios, adonde se presentaba igual que paseando por el Village neoyorquino, barrio bohemio que frecuentaba hacia mitad de los años 70.

Patricia Lee Smith, oriunda de Chicago, hija de una intérprete de jazz y un empleado en una multinacional, se convirtió en un ícono del rock y del movimiento feminista. Sucesora de aquella generación beat, tuvo claras influencias de Alen Ginsberg sobre todo, de William Burroughs, Jack Kerouac y otros escritores y líderes, que pregonaban su disidencia frente al sistema tradicional, contra el capitalismo, alimentando una nueva cultura. Y lo aplicaban a través de escritos, ensayos y poemas. Patti Smith bebió en esas fuentes literarias y amplió sus lecturas poéticas con otros autores, como los franceses Baudelaire y Rimbaud.

No fue nunca Patti Smith una vulgar cantautora, producto siempre de su amplio bagaje cultural. Y eso que su infancia, en un hogar de creencias religiosas de los Hijos de Jehová, fue más bien desgraciada: padeció varias enfermedades, se lio, jovencita, con un compañero de colegio, acabó preñada y la expulsaron del centro. Del bebé que tuvo no quiso saber nada. Como en casa la economía era muy precaria se puso a trabajar pronto, en una fábrica de bicicletas. Marchó a Nueva York. Dejó en 1967 sus estudios universitarios alternando varias ocupaciones como empleada de una joyería y en una librería atendiendo la caja.

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La rockera Patti Smith | Cordon Press

Ella quería expresar sus sentimientos a través de la poesía. Y en seguida, cuando le fue posible, cantando sus propias composiciones en garitos del Greenwich Village. Desde donde quiso empaparse también de la bohemia parisiense viajando hasta la Ciudad Luz, donde a falta de algún contrato, deleitaba a sus ocasionales oyentes en plena calle. Se unió sentimentalmente a un fotógrafo de aquella movida de los 70 en Nueva York, Robert Mapplethorpe que escandalizaron al posar desnudos ante la propia cámara de éste y cuantos colegas quisieron captarlos en pelota picada. Con esa actitud, Patti Smith fue poco a poco dándose a conocer como rebelde rockera. Su amante le pagó en 1974 su primera grabación. Y al año siguiente consiguió la atención de los críticos e inmediatamente la del público con su álbum "Horse". Sexo, pensamientos muy libertarios en las letras que ella misma escribía para cantarlas con su voz no demasiado atractiva, pero llena de pasión. Entre delirios y poesía fue deslizándose su repertorio, ya como vocalista al frente de su propia banda. No le faltaban estimulantes al aparecer en el escenario. Y en 1977 por poco no se mató al caer al foso de la orquesta durante una actuación en Tampa (Florida), con el resultado de varias vértebras cervicales hechas polvo. Era una época muy feliz para ella, que se iba codeando con los más grandes artistas de su género como la infortunada Janis Joplin o Jimmy Hendrix. De este último grabó algunos de sus éxitos. De su propio repertorio destacan sobre todo dos títulos: "Gloria" y "Because the night".

Allen Ginsberg, ya mentado como "padre de la generación beat", precursora de aquellos "beatniks" que desde sus comunas propugnaban el amor libre con la consigna "Haz el amor y no la guerra", fue quien animó a Patti Smith cuando ella se había retirado. Junto a Bob Dylan, de la que fue muy amiga, montó una gira muy productiva para ambos. Dylan y ella se compenetraban con sus ideas muy similares respecto al mundo que les rodeaba y mantuvieron siempre el contacto. Cuando al reverenciado cantautor lo honraron con el premio Nobel, Patti acudió a la entrega del galardón en Estocolmo, donde en la gala ceremonial interpretaría una canción para su gran amigo. Patti era en esa actitud muy generosa con sus colegas y, en diferente ocasión, homenajeó con otro seleccionado tema, a su también buen amigo Kurt Cobain, cantante del grupo Nirvana, que como es sabido se suicidó.

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Patti Smith | Archivo

En el capítulo amoroso, después de distintas relaciones que solían terminar en fracaso, como la que acabó en separación con el rockero Allen Lanier, se lio la manta a la cabeza con el guitarrista Fred Smith. Sabido es que en bastantes países rige la costumbre de que la mujer casada lleve el apellido del marido. Y asi, al unirse con el mentado, Patti bromeó a la hora de matrimoniarse: "Lo hago por la comodidad que me supone no tener que cambiar de apellido".

De aquella unión vinieron al mundo sus dos hijos, Jackson, en 1987 y Jessie, cinco años después. Como decíamos en la entradilla de este artículo, Jackson ha terminado tocando con la banda de su madre, pulsando la guitarra. Patti enviudó de Fred en 1994. Y desde entonces no se le han conocido, al menos públicamente, otras relaciones sentimentales.

Siempre fue Patti Smith una mujer muy trabajadora, con actividades de tipo social, seguidora del Partido de los Verdes, y desde luego constante escritora, con una veintena de libros de poesía y sus propias memorias publicadas en 2010, "Éramos unos niños", recreando su accidentada pero interesante vida. En Madrid le fue otorgada en 2019 la medalla al mérito de las Bellas Artes. Sin duda se ha sentido siempre muy querida en España y ella, a su vez, agradecida.

Le esperan varios proyectos, uno de los más próximos la aparición de su libro "The melting", título que ya viene a significar su contenido, a base de artículos que iba escribiendo durante la pandemia, acerca de la actualidad mundial: ese contagio universal, la situación del planeta con la subida de las temperaturas, la contaminación, el hambre, los conflictos bélicos… En preparación, más adelante, de un nuevo disco, muy esperado por su clientela dado que hace un decenio que no graba, desde el álbum "Banga". Ella ha declarado que cuanto hace y escribe proviene de su aliento poético, pues así es como empezó. Cree en la revolución de los jóvenes, en su capacidad para transformar tantos problemas de la sociedad actual. Y, mientras tanto, sigue siendo un referente del ayer.

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