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El adiós de Laura Gómez-Lacueva, una actriz completa de vida discreta

El fallecimiento de Laura Gómez-Lacueva ha supuesto un mazazo para sus compañeros.

El fallecimiento de Laura Gómez-Lacueva ha supuesto un mazazo para sus compañeros.
Laura Gómez-Lacueva. | Cordon Press

Cuesta mucho sobresalir en el mundo artístico. Laura Gómez-Lacueva lo había conseguido; primero en su tierra aragonesa, después en toda España a través, sobre todo aparte del cine y el teatro, de las series de televisión en que intervino, muy en especial La que se avecina. Su fallecimiento ha supuesto un mazazo para tantos compañeros, que la querían, admiraban. Sobrellevó un cáncer desde hace tiempo, hasta que este jueves 30 de marzo, nos dejó para siempre.

No era Laura Gómez-Lacueva Peralta, nacida en Zaragoza en el mes de febrero de hace cuarenta y ocho años, de esas actrices habituales en la prensa rosa. De ahí que su vida particular nos sea desconocida, por mucho que hemos investigado a la hora de redactar este obituario. Muy discreta, nada sabemos de su biografía sentimental. Estaba volcada en su profesión, desde siempre, desde que era niña y jugaba con su prima Begoña en el patio de su casa a inventarse imaginarias funciones de teatro. Y si le preguntaban qué deseaba ser de mayor, contestaba, por decir algo común en la infancia, que bombero. Cuando ya era adolescente tenía mucho más claro su futuro: el de actriz. Conforme iba estudiando, engañaba a su padre, al decirle que salía de casa para ir a la biblioteca municipal. Mentía, pues aprovechaba algunas horas de la tarde para reunirse con otras amigas que, como ella, estaban ilusionadas con formar un cuadro de actores aficionados.

Y así, una vez concluidos sus estudios de Bachillerato en el instituto Miguel Servet de la capital aragonesa, se inscribió en 1994 en la Escuela Municipal de Teatro, luego siguió unos cursos en Madrid, otros en París, recibiendo clases de danza, canto, dramaturgia, cine...Cuatro años después es cuando, llevada de su irrefrenable vocación, a estrenó su propia compañía, "Muac Teatro". El mundo de los "clowns" le apasionaba. No sería la única formación que Laura Gómez-Lacueva creara: a la citada siguieron después Nueve del nueve teatro y La extinta poética, nombres originales, suponemos que para llamar la atención en su ambiente.

Fue en 2008 cuando en el canal autonómico de la televisión aragonesa comenzó a destacar con un programa en el que intervenía interpretando una sucesión de personajes, de ficción o reales, dentro de una línea humorística, mediante divertidos "sketchs". En Oregón TV, que así continuó anunciándose, Laura hizo muy populares a tres de ellos, la abuela, Adela, y ET. El sarcasmo, la ironía, convirtieron pronto a la actriz mañica, dotada de gran vis cómica, en una actriz superdotada que, paseando por las calles zaragozanas, despertaba siempre el cariño de sus paisanos; algo que siempre recibió hasta fechas recientes, pues el citado espacio seguía siendo de los más veteranos y de mayor audiencia.

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Laura Gómez-Lacueva | Archivo

El salto de Laura Gómez-Lacueva a otros trabajos de difusión nacional no se hizo esperar. Y así intervino en varias series de televisión, de manera más o menos constante. En Aida, años 2014, era la doctora Serra. Apareció en La zona, en 2017, y en Cuéntame cómo pasó, en 2021, en el papel de una terrorista. En El pueblo era María José Soler, Mariajo. Pero fue en La que se avecina donde Laura logró su espaldarazo, convertida en Greta Garmendia, la presidenta comunitaria del llamado Contubernio 49. Allí desarrolló a partir de abril de 2022 su potencial cómico. Esa faceta desde luego no es la única que poseía, pues tanto en la pequeña pantalla, como en el cine y en los escenarios tuvo oportunidad a lo largo de su carrera de mostrar su otra faceta dramática. Era un compendio de actriz completísima, a la que se le podía encomendar personajes diversos.

Su primer papel protagonista en el cine se lo proporcionó Javier Fesser en 2020, en Historias lamentables. Más recientemente el también acreditado realizador, muy laureado, Rodrigo Sorogoyen, la tuvo a sus órdenes en El reino. Y hasta rodó un cortometraje, Plastic Killer, que resultó nominado para los Óscar.

Mujer vitalista, llena de optimismo, vivía entre Zaragoza y Madrid, usuaria frecuente del Ave, por sus compromisos profesionales. Porque, sintiéndose muy aragonesa, no quería dejar su piso en Zaragoza, a sabiendas asimismo que en la capital de España es donde tenía que viajar a menudo para cumplir sus contratos. Le quedaban más capítulos pendientes en La que se avecina y el próximo 6 de abril tenía previsto representar la obra Escarbar en la luz, dentro del Festival de Teatro Uclés Lux, en el Monasterio de dicho pueblo conquense, donde ya estuvo el pasado año interpretando unos texto litúrgicos relacionados con la Semana Santa.

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