El rey Juan Carlos ha desembarcado en España casi un año después de su última -y única hasta ahora- visita desde que abandonó nuestro país para instalar su residencia en Emiratos Árabes el 3 de agosto de 2020.
Después de días de intensos rumores y especulaciones, se confirmó que finalmente el Emérito viajaría a Sangenjo para asistir a las regatas en las que participará su embarcación, 'El Bribón', entre el 20 y el 22 de abril. Y en torno a las 9.30 de este miércoles, después de disfrutar del partido de Champions entre el Chelsea y el Real Madrid en el estadio del conjunto inglés -donde se le vio sonriente y con muy buen aspecto- partió de Londres en un jet privado rumbo a España 11 meses después de su última visita.
Un vuelo que ha sufrido un retraso y que ha aterrizado en el aeropuerto de Vigo a las 13.40 horas. Don Juan Carlos ha bajado la escalerilla del avión a buen paso y sin ningún tipo de ayuda y, nada más pisar suelo español, ha sido recibido por varios operarios de Aena -ataviados con chalecos amarillos- y por Pedro Campos. El atuendo elegido para el viaje, pantalones vaqueros, camisa y un chaleco de plumas azul marino, además del bastón que utiliza para desplazarse.
El rey emérito se trasladó de inmediato a casa de su amigo Pedro Campos. No ha bajado la ventanilla al llegar a casa de éste y tampoco ha girado su rostro para mirar a todos los allí presentes, pero sin embargo, sí que ha querido levantar la mano en modo saludo.
Juan Carlos en Londres
La llegada del emérito vino precedida por la breve estancia en Londres donde, finalmente, no se encontró con el rey Carlos III. Donde sí fue es al fútbol. Juan Carlos llegó al Stamford Bridge con una sonrisa en el rostro y deseando ver con sus propios ojos el partido del Chelsea. Al bajar del coche, se agarró al brazo de uno de sus guardaespaldas para conseguir más estabilidad. Acompañado de su bastón, caminó hacia el interior del estadio.
Los allí presentes le corearon '¡Viva España!' para declararle su apoyo a él y a la monarquía. En todo momento mantuvo una actitud positiva, mostrándose agradecido de poder disfrutar de la experiencia antes de viajar a España mientras entraba al estadio.
Juan Carlos I también cenó el lunes con un grupo de amigos en el selecto club privado Oswald's, en el centro de la capital, según las fotos publicadas por el tabloide Daily Mail. El padre de Felipe VI presenció allí el partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones de fútbol, invitado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.
Un regreso distinto
La estancia del emérito en Galicia parece que va a estar marcada por la discreción, después del malestar que causó en el Gobierno su anterior estancia en Sangenjo y su negativa a dar explicaciones por su comportamiento personal tras las irregularidades fiscales que cometió en los últimos años de su reinado y tras la abdicación.
Su desembarco ha ido en consonancia con esa intención de discreción. Hay que recordar que su primer desembarco en Sangenjo el año pasado fue totalmente distinto: sonriente y con la ventanilla bajada desde antes de llegar a la entrada de la casa de su amigo, Don Juan Carlos no dudaba en saludar con alegría a todos los que se encontraban en las inmediaciones y levantar el pulgar para confirmar que estaba bien.
El cambio de actitud tiene un porqué y es que su visita a España también ha dado mucho de qué hablar esta vez. De hecho, se ha encontrado también con la negativa de Zarzuela y por eso, parece que se centrará en asistir asistir a las regatas en las que participará su embarcación, 'El Borbón', entre el 20 y el 22 de abril.
Don Juan Carlos, de 85 años, se alojó el pasado año en Sangenjo en casa de su amigo Pedro Campos, como ha hecho en otras ocasiones, si bien el patrón del Bribón no lo ha confirmado y no se descarta que se quede en otra vivienda de la zona.
Campos ha guardado silencio estos días en línea con la discreción con la que se prepara la visita, lo que ha llevado a que se hayan impuesto restricciones a la prensa en el club náutico de la localidad pontevedresa.
El alcalde del municipio, Telmo Martín, quien comunicó el pasado año el regreso a España del padre de Felipe VI, también ha optado por no dar detalles de su llegada.
"No tengo ninguna noticia oficial de que llegue mañana (...) El año pasado el rey llevaba más de dos años sin venir a España y fue noticia a nivel mundial. Este año, si tenemos la suerte de que venga, viene a disfrutar de las regatas en la ría de Pontevedra, que es la mejor ría del mundo para hacer el deporte que más le gusta", ha comentado Martín a los periodistas.
Debido a sus problemas de movilidad, la idea del anterior jefe del Estado es reposar este miércoles tras su llegada y embarcar el jueves para entrenarse con la tripulación con vistas a la regata, que se va a celebrar el sábado y el domingo.
Un viaje sin encuentro con Felipe VI
Juan Carlos I cerró su primer viaje en el Palacio de la Zarzuela, donde mantuvo una larga charla con Felipe VI en la que este le trasladó su incomodidad por cómo se había desarrollado su estancia en la localidad gallega.
Esta vez no está previsto que el rey emérito se encuentre con su hijo, quien se enteró por la prensa de su segundo viaje a España.
La Casa del Rey contaba con que viniera en junio, una vez celebradas las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, al considerar inoportuno que estuviera en España durante el periodo electoral, que comenzó el pasado día 4 con la firma del decreto de convocatoria de los comicios por parte de Felipe VI.



