Si hay algo importante en la vida de Paloma Cuevas es su familia y más concretamente sus hijas. Así lo demostró durante el doloroso divorcio del que fue su marido durante más de 25 años, Enrique Ponce, con el que actualmente tiene una relación cordial por el bienestar de las menores, Paloma y Bianca.
La empresaria cordobesa siente adoración por las pequeñas, algo que demuestra en redes sociales cuando tiene ocasión, aunque siempre respetando su privacidad. Si recientemente compartía un dibujo de una madre y una hija teniendo una conversación sobre la importancia de la familia, esta semana ha subido la ilustración de unos ratones, madre e hijo, donde la progenitora tiene el rabo lleno de trampas para roedores: "¿Viste, mamá? No había nada", le dice el hijo. "Sí, hijo, solo quería acompañarte", responde la madre, representando así la responsabilidad que supone tener una familia.
Una imagen con la que Paloma Cuevas vuelve a poner de manifiesto el sacrificio de muchas madres por sus hijos, a quienes protegen de la vida y la dura realidad llevándose los golpes para que nada pueda arruinar la felicidad de los pequeños. Una reflexión importante en el caso de Paloma, que se separaba de su marido Enrique Ponce en el año 2020 tras casi 25 años de matrimonio al conocerse que el torero había comenzado una relación con la joven Ana Soria. Un duro golpe para la cordobesa, que prefirió guardar silencio para no dañar la relación de sus hijas con su padre.
Actualmente Paloma continúa viviendo su historia de amor con Luis Miguel, con quien ha recuperado la ilusión: "Ya era hora de que tuviera una alegría", dijo Vitoriano Valencia al poco de conocerse la relación. "Ha estado tres años viviendo nada más que para sus hijas", añadió sobre la relación de su hija con ‘el sol de México’. Además, el entorno cercano a la pareja asegura que el trato del artista con las hijas de sus pareja es muy cercano, algo primordial para Paloma.