
Desde hace un tiempo, ya sea por sus polémicas sentimentales o por la enfermedad que atravesó, Bertín Osborne cuenta sus apariciones públicas con los dedos de una man. Este miércoles, no obstante, lo hizo en el teatro Adolfo Marsillach de San Sebastián de los Reyes para actuar en un concierto solidario.
Naturalmente, los medios esperaban allí a Bertín que, sin ganas de hablar, volvió a dejar a todos con ganas de más. Pero el cantante sí habló más tarde, una vez finalizó el concierto.
Bertín dijo entonces que se encuentra "bien" aunque"no estoy al cien por cien, pero estoy casi bien". En cuanto al concierto, ha desvelado que "lo he dado todo porque aquí si vienes hay que darlo todo", pero "hace unas semanas todavía estaba mal, he estado malo como un perro".
Sobre las razones de su silencio esgrimió que "hay veces que a uno no le apetece hablar de nada". Muy sincero, habló de su cansancio ante la polémica con Gabriela Guillén: "Procuro serlo, pero todos somos humanos y llega un momento en el que las mismas cosas te molestan, y dices 'no tengo nada de contar nada’".
El artista ha querido aclarar que no va a hablar nada respecto a sus polémicas con Gabriela porque "hay cosas muy personales que todavía no están solucionadas y se van a solucionar pronto", pero que "en el momento que estén os lo diré, pero cuando se sepa".
Bertín sí desveló que hay algo que le hace sumamente feliz: se trata de la boda de Ana Cristina, hija de la fallecida Sandra Domecq."Mi Ana Cristina, ya le digo yo al novio siempre 'estás vigilado'", asegurando que es una hija más para él: "Es como mi cuarta niña".

