
Ha cumplido estos días setenta y cinco años esta maravillosa actriz, Meryl Streep, tan admirada como querida. En España se la recuerda por la simpatía que desplegó los días que estuvo en Oviedo para recoger en el pasado otoño el premio Princesa de Asturias. No ha dejado de trabajar desde entonces. Lo último, la serie de televisión Solo asesinatos en el edificio. Hizo gran amistad con uno de sus compañeros de reparto, Martin Short, con quien compartió escenas sentimentales, las de una pareja madura enamorada. Meses atrás se les vio juntos en varias ocasiones, lo que hizo imaginar a la prensa rosa que Meryl había vuelto a enamorarse. Martin, es viudo y se adelantó con un comunicado para informar que con Meryl Street sólo mantenía una buena amistad. Pero las dudas de si su romance en la serie televisiva se prolongó en la vida privada de la pareja, no se han disipado del todo.
Abreviamos la biografía amorosa de Meryl Streep, por habernos referido a ella en alguna otra ocasión. Sin casarse convivió con el excelente actor John Cazale, quien fuera en la pantalla Fredo Corleone en El Padrino. Al año de vida en común en el apartamento que él tenía en Nueva York, enfermó de cáncer terminal. Era el año 1978 y Cazale murió en los brazos de Meryl. Al Pacino, que era íntimo del aquel, diría acerca de la absoluta dedicación de ella mientras a su enamorado se le escapaba la vida: "Nunca vi a nadie tan dedicada al que se está muriendo. Fue sobrecogedor".
Sola, deprimida, encontró en el escultor Don Gummer el apoyo para ir superando su permanente tristeza. Seis meses después de la desaparición de John Cazale, contrajeron matrimonio. Era octubre de 1978. Unión que duraría treinta y cinco años. Fueron padres de cuatro hijos. Con ocasión de la estancia de Meryl Streep en Oviedo, a la que ya nos hemos referido, se supo que estaba divorciada desde hacía un decenio., lo que había ocultado a la curiosidad pública.
Meryl siempre ha antepuesto la familia a su trabajo. Y así, cuando tuvo a su primer hijo hace cuarenta y cuatro años, dejó pasar unos meses hasta reanudar su carrera cinematográfica. En sucesivos partos, tres, hizo otro tanto. Nunca se le conocieron idilios, ni siquiera con sus compañeros de rodaje, salvo en una sonada ocasión: Los puentes de Madison, de 1995. En un principio, al papel de la protagonista aspiraban Anjélica Houston, Susan Sarandon, Cher, Michele Pfeiffer y alguna otra. Pero fue a manos de Meryl Streep, quien hizo una soberbia interpretación. Hubo rumores de que se había prendado de su compañero, Clint Eastwood pero ambos, punto en boca, nada dijeron al respecto. A veces, ya se sabe: quien calla, otorga.
Son muchos los personajes que ha bordado en la pantalla, magnífica en los melodramas, y no menos intensa en las comedias. La primera vez que fue protagonista, en Kramer contra Kramer, en 1979, tuvo algún incidente con Dustin Hoffman. Primero porque la abofeteó con tal violencia en una escena, que hizo daño a Meryl. Y también ésta se quejaba de algunas secuencias en las que él alargaba una de sus manos deslizándola por el trasero de ella, excediéndose de lo que marcaba el guion. El primero de los tres Óscars de interpretación lo ganó con este filme. Los dos siguientes por La decisión de Sophie (1982) y La dama de hierro (2011), donde brilló sobremanera dando vida a la que fuera primera ministra británica Margaret Thatcher. El salario que cobró por esta última película lo donó al Museo de la Historia de la Mujer. Y es que siempre se ha caracterizado por involucrarse en la defensa de los derechos femeninos. En cuanto a tener en su casa tres estatuillas doradas "del tío Óscar", la iguala con otras colegas distinguidas, como Ingrid Bergman. Sólo una veterana actriz sigue siendo la única en haber recibido cuatro de ellas: Katharine Hepburn.
No obstante su consolidada fama, a Meryl Streep le ocurrió una anécdota, por otra parte común entre personajes sobradamente conocidos. Estando embarazada de su cuarto bebé, entró un día en una tienda de Los Ángeles para adquirir ropita infantil. Los empleados se aplicaron a atenderla con total simpatía y celeridad; el encargado le hizo entrega de una serie de obsequios. Sorprendida Meryl por aquellas atenciones, preguntó a este último la razón de tantos regalos y la respuesta, que la dejó enmudecida, fue: "La admiramos mucho señora, sobre todo desde que hizo Atracción fatal. Fue confundida con Glenn Close, quien, recordemos, protagonizó escenas de alto voltaje erótico con Michael Douglas en 1987. Al respecto, digamos que Meryl se negó siempre a rodar secuencias comprometidas que le exigieran mostrarse desnuda.
Meryl Streep nunca ha querido someterse a cualquier cirugía estética sobre su cuerpo, principalmente el rostro, tan habitual en muchas de sus colegas de la misma o parecida edad. "Hay que aceptar envejecer. Para mí, la vida es preciosa. Cada día que vives es un milagro".
Dicho lo cual por la actriz, no significa que descuide su salud pues trata de llevar una dieta y realizar precisos ejercicios. Pero sin obsesionarse. Cuando en mayo último desfiló por la alfombra roja del Festival de Cannes, se pudo comprobar cómo todavía a su edad exhibe una figura atractiva. Recibió una merecida Palma de Oro honorífica.
Salvo su primogénito, Henry, que es músico, sus hijas Mamie, Grace y Louise son también actrices. La han convertido en abuela. Y ella se siente feliz cuando está rodeada de sus cinco nietos.

