
Agatha Ruiz de la Prada, sigue imparable. Vive prácticamente en un avión, no para de trabajar y lo último que ha presentado es una colección de alpargatas de cara al verano, que no pueden ser más divertidas.
El lugar elegido es la tienda que acaba de inaugurar en pleno barrio de Salamanca en Madrid: "Hay de mujer y también de hombre, las hacen en Caravaca de la Cruz, un pueblo dedicado a las alpargatas. Venden para todo el mundo y están tan bien hechas que es el único zapato que no te duele el pie". "A mí no me gusta ser esnob y lo que quiero es que mis diseños los lleve cualquiera, nadie en particular, no necesito una cara conocida, que sea la imagen".

Desde que tiene la tienda nueva, Agatha ha hecho un montón de presentaciones, "la primera de chocolates, la segunda, los carritos de la compra; la tercera el aceite, que ya me han dado un montón de premios porque es de una calidad extraordinaria, y ya vendemos en 6 países. Luego están las palomitas y los productos de limpieza. ¡No paro!"
A nivel personal está tranquila sin entrar en detalles, aunque abierta a conocer a alguien. "La verdad es que no paro, he tenido un problema en mi casa nueva que se ha inundado el salón, pero ya lo estoy solventando. He estado en Buenos Aires, donde la exposición que he presentado no ha podido tener más éxito. Ahora tengo una en el museo del automóvil de Málaga, otra en Benalmádena, y también estoy con un traje para mí, para el museo de cera que ya está hecha la muñeca, y me gustó tanto que me la quería comprar. No estoy guapa, pero estoy muy yo. Menos mal que con todo lo que tengo, estoy libre porque con un novio hubiera sido mucho más complicado. Con Patón no tengo relación de momento y con Luismi como siempre genial, se como es, somos muy amigos, generoso y divertido".