
Lydia Lozano ha vivido en los últimos meses uno de los momentos más duros y complicados de su vida. Su marido desde hace casi cuatro décadas, Charly, fue ingresado en un hospital de Madrid hace más de dos meses para ser intervenido de una lesión en la espalda. Sin embargo, lo que parecía una operación sencilla se complicaba después de contraer varias bacterias que afectaron a sus órganos vitales y por las que tuvo que ser intervenido de urgencia del corazón, llegando a temerse incluso por su vida.
Tras varias semanas alejada de los platós, la popular colaboradora reapareció en ¡De Viernes! y, destrozada, se sinceró sobre el delicado momento por el que está pasando el amor de su vida. "Es un jabato. Si me hicieran a mí tantas cosas no las aguantaría", confesó rota en lágrimas, reconociendo su miedo y su preocupación ante una lentísima recuperación en la que no se apreciaban avances significativos.
En todo este tiempo Lydia ha estado al pie del cañón y no se ha separado en ningún momento de Charly, siendo diarias sus visitas al hospital incluso cuando estuvo enferma de gripe. La periodistas ha sacado fuerzas para cumplir con sus compromisos profesionales y atender con la amabilidad que le caracteriza a la prensa, dando puntualmente el parte médico del arquitecto.
El pasado viernes, coincidiendo con su 65 cumpleaños, la tertuliana confesó que su único deseo y el mejor regalo sería que Charly volviese a casa por Navidad tras experimentar una ligera mejoría: "Sólo pido pasar la Nochebuena en casa con él. No quiero nada. Y salud para él, que lo ha pasado muy mal y lo está pasando él, solo pido salud para él".
Su deseo se ha cumplido, ya que este jueves el arquitecto ha recibido el alta tras más de dos meses ingresado. Charly todavía está muy débil tras su larga hospitalización y tuvo que volver a su casa en ambulancia, siendo Lydia la encargada de recibirlo a las puertas emocionadísima y sin poder contener las lágrimas.


