Anoche vimos en La Sexta la primera entrevista que Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarín, ha concedido a un medio de comunicación. El inicio del juicio por el caso Nóos tuvo así un prólogo acorde con la magnitud mediática del asunto judicial más relevante de las últimas décadas y, probablemente, también de las venideras. La sesión de investidura del nuevo presidente catalán hizo que se retrasara el comienzo de la entrevista; una mera coincidencia que, sin embargo, compensa en cierta manera la atención mediática que el entrevistado va a robar en las próximas semanas a los protagonistas del prusés.
Los que esperaban que Torres desplegara ante Ana Pastor el armamento pesado que va a utilizar en el juicio se llevaron un chasco. En el capítulo de las exclusivas sólo hubo dos destacables. Torres contó que Mario Pascual Vives, esa gloria del Foro que representa a Urdangarín, le ofreció un dineral y un trabajo en Telefónica a cambio de asumir la mayor parte de las acusaciones que pesan contra la pareja. En otro momento mostró correos electrónicos que demuestran que la Casa Real no solo conocía, sino que también alentaba, las operaciones de Nóos con las administraciones públicas.
El socio de Urdangarín demostró anoche que es más inteligente de lo que muchos han querido hacer creer y que tiene capacidad para intentar salir vivo de un asunto de la envergadura del que hoy comienza a juzgarse en la Audiencia de Palma, con él en lugar preferente del banquillo de los acusados. Ana Pastor intentó hacerle el tercer grado marca de la casa, pero anoche no tenía enfrente a un político mediocre víctima de la hemeroteca, sino a un experto en estrategia que sabe muy bien cómo utilizar los argumentos de su defensa.
Ana Pastor no pudo con él. Al contrario, Torres utilizó el programa de La Sexta en su propio beneficio. Sus compañeros de correrías deberían estar preocupados porque, a la luz de lo que pudimos ver anoche, el socio de Urdangarín tiene material de sobra para empapelarlos a todos.