El reality show Supervivientes es conocido por someter a sus participantes a condiciones extremas de supervivencia en entornos salvajes. A lo largo de las ediciones, varios concursantes han optado por abandonar el programa antes de tiempo, decisión que conlleva consecuencias significativas tanto económicas como profesionales.
Algunas de las preguntas más recurrentes son: ¿qué pasa si un participante decide abandonar? ¿Cuánto le cuesta y qué consecuencias tiene? Este tema ha cobrado especial relevancia en los últimos días, tras el abandono de Beatriz Rico y el intento de Terelu Campos.
Los contratos de Supervivientes incluyen cláusulas que establecen sanciones monetarias para aquellos participantes que decidan abandonar voluntariamente el concurso sin una causa justificada, como problemas de salud. Estas penalizaciones varían según el caché del concursante y las condiciones específicas de su contrato. Por ejemplo, se ha revelado que, cuando el programa se realizaba hace unos años junto a personas anónimas, la cuantía que estos debían abonar era de 3.000 euros.
Desde los 12.000 hasta los 100.000 euros
En el caso de los famosos, todo depende del caché semanal que perciben. Se conocen algunos casos, como el de Rosa Benito o Mila Ximénez, que llegaban a ingresar unos 25.000 euros a la semana, u otros como el de Isabel Pantoja, quien se embolsaba 80.000, siendo el más alto hasta el momento. Dependiendo de esta cantidad, la multa a pagar por abandono varía desde los 12.000 euros hasta los 100.000 euros.
Además del coste económico, abandonar Supervivientes puede tener otras consecuencias para los participantes. En primer lugar, está el impacto en su imagen pública. Los concursantes que deciden dejar el programa antes de tiempo suelen enfrentarse a críticas por parte de los espectadores, quienes pueden considerarlo una falta de compromiso o una muestra de debilidad. Esta reacción es especialmente intensa en las redes sociales, donde los comentarios negativos pueden afectar seriamente la reputación del concursante.
Vetos en la cadena
Por otro lado, abandonar el reality también puede tener repercusiones en la carrera profesional de los participantes. Muchos de ellos son influencers, actores o figuras públicas que ven en Supervivientes una oportunidad para aumentar su visibilidad y consolidar su marca personal. Dejar el programa antes de tiempo puede significar un veto en la cadena, como ocurrió con Azúcar Moreno. Las hermanas Salazar abandonaron antes de tiempo y esta decisión les supuso un veto en los programas de Mediaset durante tres años.
La participación en Supervivientes no solo implica desafíos físicos y mentales durante la estancia en el concurso, sino que también puede tener repercusiones en la salud de los participantes una vez finalizado el programa, pues el desgaste durante el mismo es muy intenso. Por ejemplo, Violeta Mangriñán, quien participó en la edición de 2021, reveló que sufrió secuelas físicas debido a la falta de agua potable adecuada, lo que le provocó problemas en la vesícula. Estas experiencias destacan la dureza del programa y las posibles consecuencias para la salud de los concursantes.
La decisión de participar en Supervivientes conlleva asumir riesgos y desafíos significativos. Los concursantes deben estar preparados para enfrentar condiciones extremas y ser conscientes de las consecuencias de un posible abandono, tanto en términos económicos como profesionales. Cada edición del programa pone de manifiesto la resiliencia y fortaleza de los participantes, así como las estrictas condiciones que rigen su participación.