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Los rincones con más encanto del Mediterráneo para visitar este verano

Si estás pensando en una escapada por el Mediterráneo no puedes perderte algunos de estos rincones.

Si estás pensando en una escapada por el Mediterráneo no puedes perderte algunos de estos rincones.
Todos hemos visto a Peñíscola ser la Valencia de el Cid en la gran pantalla, lo cierto es que pocas ciudades en el mediterráneo español podrían hacer mejor el papel de una urbe medieval junto al mar. Su casco viejo amurallado y coronado por el palacio del Papa Luna es, sin duda, uno de esos lugares en los que sentirse transportado muchos siglos atrás en el tiempo | C.Jordá

España tiene 7.268 kilómetros de costa repartidos entre el Atlántico, el Cantábrico y el Mediterráneo, y muchos pueblos bellísimos bañados por el mar. De ellos, en Libertad Digital hemos seleccionado 15 que podrían figurar entre los más bonitos solamente del Mediterráneo.

Esto lo hacemos porque lo más cómodo y sencillo, normalmente también más barato, es el turismo nacional. Además, cualquier escapada, para este verano, de cuatro días sobre la marcha puede hacerse a algunos de los pueblos que presentaremos a continuación.

En esta ocasión te vamos a proponer 15 pueblos costeros del Mediterráneo para que puedas hacer una pequeña escapada a alguno de ellos con la familia, los amigos o la pareja. En ellos, podrás disfrutar del encanto de estas zonas y también de sus playas.

Además, nos alejamos de las zonas más concurridas de la costa para adentrarnos en algunos pueblos poco conocidos, quizá porque otros pueblos vecinos se han llevado la fama, pero que pueden ser de gran interés para el viajero que busca lugares con un encanto especial.

Cataluña

  • Cadaqués, Gerona

La historia de Cadaqués, un bello pueblecito de la Costa Brava, se remonta siglos atrás y ha sido influenciada por diversos pueblos como Grecia y Roma. Los contactos marítimos y los intercambios comerciales con estas y otras culturas favorecieron el desarrollo económico del municipio, basado esencialmente en la pesca y la agricultura. Sin duda, la situación geográfica de Cadaqués, encarado al mar y aislado del resto del Alto Ampurdán por la montaña del Pení, contribuyó a forjar el carácter y el espíritu de este pueblo marinero que durante siglos tuvo que hacer frente a los ataques de los piratas y corsarios.

Situado en pleno Parque Natural del Cap de Creus, su vida cultural, con numerosos museos y galerías de arte, lo han convertido en un lugar apropiado para amantes del saber. Fuente de inspiración de pintores y artistas como Salvador Dalí, que habitó durante largas temporadas la vivienda hoy reconvertida en Casa-Museo.

  • Calella de Palafrugell, Gerona

En plena Costa Brava, Calella de Palafrugell ha sabido conservar todo su esplendor antiguo. Calles estrechas y tradicionales casas de pescadores son dos de sus señas de identidad, junto al encuentro anual de habaneras, que reúne a miles de personas en la playa de Port Bo. Guarda el encanto de sus playas, como la de Port Bo, pero también el de las zonas rurales que lo rodean. Una experiencia única es recorrer el Camí de Ronda desde Calella de Palafrugell hasta Llafranc, bordeando las rocas y con unas fantásticas vistas al Mediterráneo.

  • Begur, Gerona

Entre acantilados, olivos y pinos se despereza el pequeño pueblo pesquero de Begur. Su encanto costero se disfruta tanto en sus coquetas playas como en su casco antiguo, una auténtica joya histórica que esconde deliciosos secretos gastronómicos. Eso sí, es en sus casas a pie de mar, desde cuyas terrazas se paladea el salitre, donde nos imaginamos quedándonos a vivir para siempre.

  • L'Ampolla, Tarragona

Situado al golfo de Sant Jordi, tiene una pequeña parte del delta del Ebro: la playa del Arenal a la bahía del Fangar y la balsa de las Ollas, con el río al fondo. Sus orígenes se remontan a la época ibérica. No puedes perderte la visita a la Laguna de les Olles, hay diferentes itinerarios que circundan la laguna para observar la riqueza natural de este lugar privilegiado.

Su belleza se debe a la confluencia de elementos paisajísticos, pasando del terreno llano de aluvión a la costa escarpada, del barro a las rocas, de los olivos a los arrozales, y de los márgenes a las lagunas.

Alicante

  • Altea

Además de sus playas, debes visitar la Iglesia parroquial de Nª Sra. del Consuelo. Es la más conocida, esto se debe a sus dos cúpulas que deleitan la vista de todo turista, además de ser por excelencia el emblema alteano y son llamadas "la cúpula del Mediterráneo" por su belleza y esplendor.

  • Villajoyosa

Si lo que deseas es disfrutar de la playa los 3,5 kilómetros de playas de Villajoyosa, destacando entre ellas la del Centro, donde se celebra el famoso desembarco moro, o la de El Paradís serán tu perdición este verano.

El municipio también guarda muchos encantos como son las subastas de pescado que se hacen por la tarde, las fachadas de intenso colorido originadas por la necesidad de que los marineros divisaran sus casas desde la lejanía.

No te olvides de visitar el Casco antiguo amurallado, que es digno de ser contemplado y paseado, por supuesto también debes disfrutar del barrio marinero. También te recomendamos visitar las Murallas renacentistas y la Iglesia-Fortaleza de l´Assumpció. Además de la playa del centro puedes disfrutar de fantásticas calas como la Cala Racó Conill, una playa nudista ideal para disfrutar de la naturaleza, practicar el buceo y la pesca.

  • Jávea

La cala del Portitxol o Barraca está en Jávea, aunque parece griega. Durante el verano, sus casitas de pescadores con fachadas blancas y puertas pintadas de azul se convierten en uno de los lugares más instagrameados del Mediterráneo. Eso sí, más allá de la temporada alta podrás disfrutar en soledad de los muchos rincones prodigiosos de Jávea.

  • Tabarca

Este Conjunto Histórico de apenas cien casas dentro de una fortaleza a la que se accede por la puerta de San Miguel es un pequeño atolón de 45 hectáreas, 1.800 metros de largo por 400 de ancho y la única isla habitada de toda la Comunidad Valenciana. El medio de transporte para llegar hasta Tabarca es en barco desde diferentes localidades de la Costa Blanca, como Santa Pola, Alicante o Benidorm.

  • Finestrat

Uno de los pueblos más mágicos de la Costa Blanca. Se encuentra a sólo 8 minutos de Benidorm. Aunque el casco histórico se encuentra en el interior, el término municipal cuenta con unos 267 metros de costa, desde la Punta del Tossal a la desembocadura del Barranco de la Cachola, en la cual se encuentra la llamada Cala de Finestrat.

El bello casco histórico de Finestrat se asoma elevado sobre un cerro de 238 metros, del que cuelgan sus viviendas tradicionales y sus callejuelas de origen morisco. Además puedes disfrutar de su paraje natural y practicar senderismo.

Castellón

  • Peñíscola

Turismo náutico y familiar, playas, naturaleza, fiestas tradicionales, cultura, centros de talasoterapia o gastronomía son sólo parte de los encantos de Peñiscola, uno de los pueblos de la costa más visitados en cualquier época del año. Con un clima privilegiado durante doce meses, la temperatura más baja es de 10 grados en pleno enero. ¿Hacen falta más motivos para escaparse?

este pequeño pueblo se adentra en el Mediterráneo formando una pequeña península elevada en torno al castillo del Papa Luna. Su silueta, enfocada desde la larguísima playa de arena de 5 km, aparece en muchas películas. Aquí Charlton Heston dio vida al Cid, y la población se transformó en Meereen para Juego de Tronos. El puerto pesquero, situado a los pies de las murallas medievales, es una estampa muy atractiva.

  • Morella

Morella está repleta de paisajes históricos, pues sus murallas centenarias están coronadas por un fornido castillo de la época medieval a más de mil metros de altura. Probablemente, sea esa esencia más auténtica y medieval la que atrae al turista, la que reafirma que se incluya dentro de los pueblos más bonitos de España.

Sus visitantes están de acuerdo en que su paraje se conserva a la perfección, un hecho que le ha posibilitado ser declarado Conjunto Histórico-artístico y reconocido por la UNESCO en el abrigo rupestre de Morella La Vella. Sin duda, una ciudad que te enamorará por su entorno, pero también por su rica gastronomía y tradición.

  • Vilafamés

No todo van a ser pueblos con playas preciosas. Las espectaculares vistas de esta localidad ubicada en el interior de Castellón permiten disfrutar plenamente de la visita a sus monumentos bien conservados a lo largo del tiempo. Todo un recorrido histórico que se aprecia en cada paseo a lo largo de sus estrechas calles de estilo medieval árabe. A su vez, su gastronomía también toma protagonismo en este fascinante rincón, pues platos como la paella o la típica olla no pueden pasar por desapercibidos en su visita turística.

Murcia

  • Cabo de Palos, Cartagena

Hasta el agua pone de su parte con su temperatura tropical y su color transparente. De hecho, es una de las mecas del submarinismo en toda la península, pues es el lugar que esconde más pecios históricos hundidos del Mediterráno. El lugar se enmarca en el parque de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, una bellísima reserva ecológica.

Su fondo marino está considerado una de las reservas más importantes del Mediterráneo, y su faro de 81 metros es uno de los más representativos de la piel de toro. Está rodeado de tranquilas calas donde aislarse del mundanal ruido. Para volver a la realidad, nada mejor que un típico ‘caldero del mar Menor’, receta local a base de arroz y pescados de la zona, en particular, el mero.

Cabo de Palos se encuentra rodeado de calas que se abren paso en un litoral accidentado, todo gira en torno a su pequeño puerto y al paseo de la Barra, siempre repleto de gente en busca de una mesa en las terrazas para degustar un buen pescado o un caldero del Mar Menor. Las casas antiguas del paseo están al otro lado del puerto, que lo dividió en dos, y en ellas el agua llega casi hasta la puerta.

  • Mazarrón

Avistamiento de cetáceos, 15 playas urbanas y otras 16 vírgenes, rutas de senderismo, museos, turismo familiar… Las posibilidades de ocio que ofrece Mazarrón son infinitas. Además, saborea el Mediterráneo y la huerta murciana en tu mesa en cualquiera de los restaurantes del entorno: albóndigas de merluza, rape o mero a la azarronera, ajotomate y moragas de sardinas, además de salazones de pescado: atún, bonito, hueva y mojama.

  • Caravaca de la Cruz

Se ubica a 635 metros sobre el nivel del mar. Se trata de una de las ocho ciudades santas de la iglesia católica, a la cual se le concedió el privilegio de celebrar el Año Jubilar, lo cual tiene lugar cada 7 años. Por su término municipal discurren los ríos Argos y Quípar, siendo muy abundantes los manantiales de agua.

La historia ha dejado una profunda huella en la localidad, en forma de obras tan emblemáticas como la Basílica de la Vera Cruz, en cuyo interior se guarda la Cruz de Caravaca. Sobresalen también la Iglesia de El Salvador, la Iglesia de la Concepción, el Convento de los Padres Carmelitas, el Convento de Santa Clara, el Templete, la ermita de Santa Elena, la Ermita de San Sebastián, el Ayuntamiento o la Torre de los Templarios. Todo ello sin olvidar su barrio medieval, de una gran belleza.

Los alrededores del municipio destacan por sus numerosos yacimientos arqueológicos como el del Camino del Molino, la Villa Romana de la Ermita, o el Poblado de la Sierra de Gadea. Además, encontraremos en su entorno algunos parajes naturales realmente impresionantes, como el conocido como Fuentes del Marqués.

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