
El restaurante Adrede es el proyecto que desde hace 12 años lideran de una manera extraordinaria los hermanos Muñoz, Gonzalo en los fogones y Ángel en la sala. Además, desde hace unos meses han incorporado a José Villegas Oria, que le está dando el toque vanguardista a la cocina de este pequeño local gracias a su experiencia tras pasar por la cocina de Puertasol de Alberto Chicote.
Fue en la crisis del año 2008 cuando Gonzalo decidió dedicarse a algo que siempre le había gustado, pero esta vez de una forma profesional, por lo que decidió estudiar gastronomía. Cuando montó el restaurante puso a su hermano Ángel, bróker de profesión, a llevar las cuentas, pero pronto se enganchó a esta maravillosa aventura y dejó su trabajo para dirigir con tanta amabilidad la sala del restaurante.
Ubicado en el número 10 de la calle de Juan de Mena y con acceso por la calle de Alfonso XI, a este restaurante no se llega por casualidad, hay que ir adrede, de ahí su nombre. Y la definición de adrede es "con la intención de causar un determinado efecto, y no por descuido o sin intención". Justo lo que esperan conseguir en el comensal los Muñoz, que te sientas como en casa y sólo pienses en cuándo vas a volver a visitarlos.
Sentados en la mesa, rodeado de paredes de ladrillo visto, empezamos a probar la carta con un rico aperitivo de chupito de gazpacho, remolacha y queso feta (5€), para que te comas primero el pincho de remolacha, queso feta y una lámina de tataki de atún, y después beberte el líquido veraniego.
Después aparecen unas espectaculares alcachofas fritas con muselina de trufa y crujiente de jamón (13€). Aunque no sea temporada de alcachofa la elaboración del plato justifica que esté en la carta. La mezcla de la verdura con el toque salado del jamón crujiente y una increíble salsa te hará rebañar el plato.
Desde luego que el listón lo están poniendo muy alto así que no te pierdas lo que viene a continuación. Un pastel de puerros con salsa de queso azul (9,50€), una especie de quiche con un sabor apto hasta para aquellos que no sean amantes de un queso tan potente como el azul. Está tan rico que te tomarías varias raciones, pero hay que dejar hueco para más.
Con una carta variada, no muy amplia, en la que destaca el producto de temporada y en la que la mitad es un fuera de carta rotativo que se elabora según la materia prima que se tenga en cada momento. De hecho, son los dueños los que se ocupan de ir al mercado para conseguir el mejor producto, sobre todo de proximidad.
El primer fuera de carta que probamos son unos mejillones al vapor con leche de tigre de curry verde, un rico ceviche que sirve para probar otro plato para llorar de la emoción, el cazón en adobo con alioli de lima y guacamole. Con un sutil rebozado y un cazón sabroso, jugoso y que parece que está suspendido dentro del rebozado y que acompaña muy bien con el verdejo Montepedroso.
El sam de cerdo y langostinos, también al margen de la carta, es otro delicioso bocado para comer con las manos y disfrutarlo, tanto como el bao de panceta glaseada con salteado de espinacas y pepino.
Aunque Ángel Muñoz asegura que "el secreto no es la comida, es la gente", lo cierto es que sin esta calidad en la cocina no habría gente, pero tiene razón que parte del éxito es que todo el que lo prueba, repite. Y es comprensible cuando, entre trago y trago del Rioja Crianza Cantos de Valpiedra, alucinas con la carrillera en su jugo al Pedro Ximénez y puré de patata trufada (17€).
Un broche final a un menú degustación, en su parte salada, que te deja expectante para ver el lado dulce de Adrede. Muy buena la piña caramelizada con helado de coco, mejor aún el tiramisú de dulce de leche con caramelo de café y la tarta coulant de chocolate negro y helado de mandarina. Para terminar este suculento y delicioso menú, una panna cotta de rosas con helado de coco.
En Adrede, además de la carta y sus fuera de carta, tienes la posibilidad de disfrutar de un menú degustación a mesa completa con cuatro entrantes, un principal y un postre, bebida no incluida, por 25€ por persona. También cuenta con una estupenda terraza en la que poder saborear la maravillosa carta y alargar la sobremesa. El ticket medio del restaurante no supera los 40€.
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