
Makkila ha abierto recientemente un nuevo restaurante en la calle del Príncipe de Vergara, 204, con lo que ya son cinco los locales de esta marca que cuenta con 10 años de experiencia. Con el objetivo del placer por la comida y el buen ambiente dejan atrás los pinchos y las tapas para convertirse en una casa de comidas con un estilo más moderno pero sin perder su ADN informal y divertido.
La cocina española y la madrileña más castiza se funde con influencias de otras culturas gastronómicas, lo que Antonio Pedrosa D’Ornellas (CEO y cofundador del Grupo Makkila) llama "fusión cañí". Y de eso se encarga el chef ejecutivo Luis Borda, que llega desde Bolivia para innovar a partir de las recetas clásicas. "He intentado que cada cosa que se haga tenga un por qué, un cómo y dónde. Que no se trate de hacer únicamente un buen plato, si no de identificarse con su origen y transmitir la esencia de ese país o región", asegura el chef.
De esa mezcla de culturas llegan a la mesa unas muy buenas zamburiñas al sweet chili y cebolleta china (16€), una combinación de sabores que realza el sabor del marisco. Como las croquetas de carbonara original con queso Idiazábal y velo de ibérico (10,90€), de muy buena ejecución aunque el velo algo grueso.
Con la única norma de no hay normas si se mantiene la esencia española gana en presencia el producto de temporada y de calidad y la creatividad aportando una nueva visión a los platos en teoría más sencillos como el tataki de lomo bajo de vaca Simmental y edamame (17,50€).
La decoración de Makkila parte de una base clásica, con piezas originales y únicas con toques españoles pero muy eclécticos para crear lugares acogedores donde desconectar y disfrutar. En sus paredes te puedes encontrar bibliotecas llenas de libros y elementos de la cultura pop española con cuadros de Lola Flores y trajes de luces que te sumergen en la España más cañí. Antonio Pedrosa (CEO y cofundador del Grupo Makkila) antes de dedicarse al mundo de la hostelería tenía una empresa de decoración, tienda y una línea de mobiliario. "Es parte fundamental de nuestro negocio donde, además, pongo mi sello personal. La experiencia en decoración hizo que desde el comienzo tuviera un gran peso en el modelo de negocio. Lo sigue teniendo, pero ahora es una variable más que todo el mundo contempla", afirma.
Las elaboraciones continúan siendo cien por cien caseras, como la clásica tortilla de patatas con cebolla caramelizada o la ensaladilla rusa. Pero también hay cabida para la cocina más moderna como el buen ceviche de corvina y gambones (14,50€) o el rabo de toro al estilo pekinés. De los postres probamos una buena tarta keto de chocolate 0% sin azúcar ni harinas (6,90€).
Además, Makkila apuesta fuerte por la hora del vermú en sus locales de Príncipe de Vergara, Serrano, Fernando VI y Almagro con una nueva carta de aperitivo todos los fines de semana de 12 a 14h. Con raciones muy castizas con las que disfrutar de este momento, como torreznos, tortilla de patatas, caracoles a la madrileña o, incluso, bocata de calamares.
Makkila se convierte así en una casa de comidas con el objetivo de que el comensal viaje y dsifrute en compañía de amigos, familia o pareja en cualquier mesa de sus dos plantas o sus dos terrazas perfectamente acondicionadas y con un ticket medio cercano inferior a los 40€.
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